El gobernador de Entre Ríos Jorge Busti quiere presentar un proyecto de producción “limpio”, que le acercó Greenpeace, nada menos. La clave es que las papeleras del lado uruguayo no utilicen cloro, como lo prohíbe la legislación europea a partir del año que viene. “Si quieren industrializar que lo hagan –dice el gobernador–, pero bajo normas ecológicas aceptables para todos.”

–El conflicto está cada vez más tenso. ¿Como se destraba la situación?

–Nosotros siempre buscamos el diálogo con el gobierno uruguayo, pero hasta acá, ellos no nos dieron respuestas más que actos de patriotismo exacerbado. No pretenden sentarse a una mesa para hablar. Nosotros buscamos conciliar y por sobre todas las cosas hablar. Ahora vamos a presentar un proyecto base que nos acercó Greenpeace y con el que estamos totalmente de acuerdo.

–¿De qué trata ese proyecto?

–La idea es presentar un “Plan de Producción Limpia”. Que quede claro que no es que estamos en contra de la construcción, sino de que ésta se haga sin una reglamentación adecuada para que no contaminen la región. Que hagan las plantas libre de cloro: esa es la idea. Como será desde 2007 en Europa, que por algo lo habrán dispuesto. Construcción sí, pero sin contaminación. Si quieren industrializar que lo hagan, pero bajo normas ecológicas aceptables para todos.

–Pero Uruguay sigue firme es su postura de continuar la construcción. ¿Cómo harán desde su Gobierno para que analicen ese proyecto?

–Nosotros quedamos como que queremos prohibir todo y que pretendemos generar más conflicto con el país hermano. Hoy por hoy, estamos demonizados. Los vecinos uruguayos tienen que entender que esto es una obligación de la región, no de Entre Ríos o de Uruguay por separado. Somos ciudadanos que vivimos en el mismo lugar, en la misma región. Por eso, nuestra idea en este proyecto es concientizar a los uruguayos de que todos formamos parte de lo mismo. Si nos contaminan a nosotros, también a ellos.

–¿Y el informe que presentó Uruguay que dice que “no hay contaminación?

–Ese informe es lastimoso. Lo hizo una consultora que es parte de las mismas plantas de celulosa. Además muchos defienden la instalación de las papeleras porque dicen que les van a dar fuentes de trabajo. Eso de la fuente laboral es una ficción. En la construcción van a tomar a muchos y después se van a quedar con pocos.

–Cómo ve que llevan la situación ambos gobiernos?

–Por el lado de Uruguay me siento defraudado por el presidente Tabaré Vázquez. La verdad es que yo, y todo el pueblo de Entre Ríos, esperábamos otra cosa; teníamos todas las esperanzas puestas en él. Desde el gobierno argentino, el canciller Jorge Taiana hace todo lo que puede. El gobierno nacional se está encargando del tema. El lunes tengo que hablar con el presidente Kirchner para programar una reunión y ver cómo sigue todo esto.

–¿Por qué cree que vinieron al Uruguay las plantas de celulosa?

–En Europa ya no pueden estar porque no los dejan contaminar más después de lo que paso en varios lugares y en Pontevedra, conocida por su mal olor. Tenemos la reserva de agua dulce más grande y además es gratis. Acá hay mano de obra barata, y por sobre todas las cosas, tenemos una flexibilidad ambiental que es de no creer. La instalación de las plantas no es ni casual ni repentina. Creo que esto lo vienen planeando hace mucho tiempo.

–Desde Uruguay dijeron que siguen con la instalación, usted asegura que también. ¿Cómo sigue?

–Nosotros queremos bajar la tensión y poder dialogar con los uruguayos. Nosotros no vamos a parar con las protestas. Y seguiremos con los mismos métodos. El pueblo de Entre Ríos está muy firme, y yo no puedo permitir que mi gente se contamine. Pretendemos discutir esto de forma objetiva, dejando de lado los patriotismos. Esto no es Entre Ríos y Argentina versus Uruguay. Si estamos a unos pocos kilómetros debemos defender nuestra región. Unirnos ya que es un tema de los países. Si Uruguay persiste, nosotros seguiremos. No vamos a tener olor a huevo podrido en nuestra ciudad.