En diálogo telefónico, Jorge Taiana transmitió desde Nueva York una medida satisfacción. El Comité de Descolonización de la ONU acababa de aprobar por consenso una resolución que –como aspiraba el canciller argentino– insta al Reino Unido a retomar las negociaciones para destrabar la controversia sobre la soberanía de las Islas Malvinas.

–¿Cuál es el valor de lo aprobado?

–Logramos un sólido apoyo regional. Y lo logramos por consenso. Es decir, sin objeciones. Esta resolución es la voz de Naciones Unidas.

–¿Cuál es el corazón de la resolución?

–Hay un caso especial de colonización pendiente, que es el de las Islas Malvinas. Y allí se insta a renovar las negociaciones por la soberanía de las islas. Es un punto importantísimo y habla de la gestión de buenos oficios del secretario general de la ONU, Kofi Annan, para que se reanuden las negociaciones.

–¿Cómo se convenció a la comunidad internacional para lograr este apoyo?

–Todos reafirmaron nuestra posición, que se basa en argumentos sólidos. Acá hay una usurpación del territorio. Este no es un caso de autodeterminación de los pueblos, porque se trata de un territorio colonial y no de un pueblo colonizado. Aquí hubo una usurpación por medios violentos, un tansplante de una población de la metrópolis hacia las islas y una expulsión de nuestra población.

–¿Los británicos se van a sentar a conversar sobre Malvinas?

–Por ahora se sacó este tema del freezer. Después de años, se lo puso nuevamente sobre la mesa.

–Pero fuera de este marco diplomático que resultó de la reunión, ¿qué cree que harán finalmente los británicos?

–Los británicos van a mandar mensajes muy duros diciendo que de ninguna manera van a negociar, porque los isleños no quieren. Van a insistir con el argumento de la autodeterminación de los pueblos.

–Le propongo, como en el ajedrez, pensar dos jugadas más adelante. Ya que imagina la respuesta británica, ¿cuál será entonces el próximo paso de la Argentina?

–Vamos a persistir. Hay que persistir, persistir y persistir. No vamos a dejar que naturalicen una situación que les es favorable.

–¿Podría precisar con un ejemplo concreto?

–Por ejemplo, en la legislación pesquera. A pesar de nuestros reclamos quieren, a través de una nueva legislación, dar licencias por 25 años, cuando en la actualidad son de un año, avasallando así lo que se debe resolver en la Comisión de Pesca que se ocupa del tema.

–¿Y cómo revertirlo?

–Protestar es el camino. El año pasado metimos quince protestas. Cuestionamos jurídicamente. Ellos producen pasos unilaterales paulatinos que fueron consolidando una situación. Quieren armar antecedentes de jurisdicción y de derecho, lograr cierta aquiescencia y que lo de la autodeterminación vaya fluyendo para que el reclamo de soberanía se vaya diluyendo.

–¿Se puede hablar de un endurecimiento de la relación con Gran Bretaña?

–Yo no diría dureza sino firmeza. El presidente Kirchner habló de tener una posición inclaudicable, firme, que haga ver que hay una cuestión de soberanía pendiente. Nada se arregla si no se discute soberanía. La cooperación es tal si beneficia a las dos partes y el gobierno británico no está prestando colaboración. Ellos hicieron fracasar la cooperación bilateral. La comunidad internacional tiene que saber que hay incumplimiento británico.

–¿Tiene algún efecto práctico?

–Esto es una construcción cuyo propósito es llevar a los británicos a la mesa de negociación. Es un paso para generar las condiciones políticas y para que paguen un precio por lo que están haciendo.

–¿Kofi Annan le prometió colaboración directa?

–Cuando hablé con Kofi Annan le dije que hace 24 años que se acabó la guerra y que, sin embargo, ningún avión comercial puede volar de Río Gallegos a las islas. El se sorprendió y se interesó no sólo por ese tema, sino también por el tema de la pesca y la situación militar. Por todo.

–¿Pero le prometió colaborar o no?

–Expresó que iba a ver qué podía hacer.