Domingo, 10 de diciembre de 2006 | Hoy
EL PAíS › EN CONCORDIA, UN GRUPO DE BUSTI IMPIDIO EL BLOQUEO
Por Pedro Lipcovich
“Como gesto de buena voluntad, acordamos no ocupar los dos carriles de la ruta, pero creemos que fue una provocación”, dijo anoche Ramón Cabrera, organizador del no concretado corte del puente Concordia-Salto. Un grupo de militantes que llevaban remeras con inscripciones “Busti gobernador” detuvo a la columna e impidió la interrupción total del tránsito. El gobernador Jorge Busti había solicitado esa misma mañana que no se concretara el corte “porque el jueves tenemos una reunión con los hermanos uruguayos y se ha abierto una puerta al diálogo”. Otro sector de asambleístas de antemano no había adherido al corte y no se hizo presente.
Desde las 17 los manifestantes, pertenecientes a la Asamblea Ciudadana en Defensa del Medio Ambiente (que responde al Movimiento Territorial de Liberación, organización piquetera vinculada a su vez con el Partido Comunista) se encolumnaron desde el centro de Concordia y avanzaron hacia el puente. Pero cuando estaban a unos doscientos metros fueron rodeados por un nutrido número de robustas, inquietas personas, cuyas remeras decían “No a las papeleras” y “Busti gobernador”. Cabrera, referente de la Asamblea, dijo después que, “para evitar roces, a las 19.10 nos retiramos protegidos por fuerzas de seguridad”. Según él, “de todos modos, el corte prácticamente se cumplió”.
José Pouler, coordinador de la asamblea de Gualeguaychú, presente en el lugar, aseguró que “varios de los que llevaban la remera de Busti estaban armados: se veían los bultos de las culatas. Y había mucho vino en botellas de gaseosa. No es el tipo de gente que estamos acostumbrados a ver en las asambleas”.
La proclama de la asamblea de Concordia manifestaba su “apoyo solidario a la lucha de Gualeguaychú y Colón” y procuraba “instar al diálogo efectivo entre los gobiernos de Argentina y Uruguay para lograr una salida decorosa y satisfactoria, teniendo en cuenta la opinión de la asamblea de Gualeguaychú”.
“No queremos que el río Uruguay se transforme en un nuevo Riachuelo”, sostuvo Ramón Cabrera. Cabrera mencionó, como antecedente, “la situación ambiental lamentable de los que viven cerca de las pasteras que ya existen en la Argentina, como la de Puerto Piray en Misiones”.
Según reconoció Cabrera, “Botnia dice que ya tiene avanzado el 70 por ciento de la obra. No sé si se estará a tiempo para un traslado pero es imprescindible dar mayor participación a los vecinos de Gualeguaychú y garantizar que no se produzca contaminación”. Para esto, “instamos a que se reanude el diálogo entre los gobiernos de la Argentina y el Uruguay”.
El dirigente incluyó en su reclamo la denuncia por la situación ambiental en Concordia: “Ya nadie puede bañarse en el arroyo Yuquerí grande, donde íbamos cuando éramos chicos: el basural de la ciudad se trasladó a sus orillas, en Campo del Abasto, y todo está contaminado. También están contaminados los arroyos que pasan por Concordia: basta con sentir el olor en el arroyo Manzores. Dos grandes empresas descargan allí sus efluentes, a la altura del barrio Las Tejas. La empresa Maciza produce madera prensada. La empresa Litoral Citrus elabora mezclas para jugos de fruta a partir de cítricos en mal estado, incomibles. Vuelca los desechos directamente en la tierra, de donde llegan al Manzores.
Además en Concordia “las cloacas descargan, sin procesar, directamente en el río Uruguay. Lo que pasa en Concordia es todavía peor que las papeleras uruguayas y merece una denuncia a nivel nacional”, según Cabrera, para quien “la crisis de desocupación en Concordia se originó antes del 2000, cuando se otorgaron créditos para la forestación: muchos cultivadores levantaron las plantas de cítricos para plantar eucaliptos y eso llevó a la pérdida de fuentes de trabajo”. El dirigente agregó que “nuestro movimiento y otros vienen haciendo denuncias públicas sobre la contaminación pero no tuvimos respuesta. Quizás el pronunciamiento sobre las pasteras nos permita hacer llegar el reclamo”.
En cambio, la Asamblea Ambiental de Concordia no adhirió al corte: “Apoyamos a los asambleístas de Gualeguaychú pero pensamos que la mejor estrategia consiste en escuchar al pueblo uruguayo –explicó Paulino Segovia, referente de esta asamblea–: es mentira que el pueblo uruguayo quiera las pasteras, que también los perjudican a ellos: el monocultivo de eucalipto ya está haciendo faltar el agua, y esto afecta a otras actividades como la ganadería”. Segovia citó como ejemplo al Movimiento por la Vida, el Trabajo y el Desarrollo Sustentable, de Fray Bentos, y afirmó que “en 1992 también habían intentado instalar una planta celulósica, con capitales austríacos y norteamericanos, pero la lucha en las dos orillas pudo evitarlo; se contó entonces con el apoyo político de los intendentes”.
Tampoco adhirió al corte, aunque había amagado hacerlo, el Chelo Lima, personaje vinculado con la política local que había saltado a la notoriedad en 2000, cuando se anunció como líder de un supuesto grupo guerrillero que resultó falso.
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