–¿Qué falta para decidir si será o no candidato a intendente?

–Eso es complicado. No pasa por el grupo político que representa una opción política diferente o distinta. Creo que podemos llevarla adelante sin que yo sea candidato. Yo no voy a dejar 40 años de cura para mojarle la oreja a Othacehé.

–Ya hubo curas candidatos, como el obispo Joaquín Piña en Misiones o Luis Farinello. ¿Usted puede ser parte de ese proceso?

–En el caso de Piña, lo tenía bien claro. Lo convenció a (el cardenal Jorge) Bergoglio de que lo suyo era un problema constitucional o jurídico. Farinello me parece un fracaso: ser diputado, uno en el montón, no cambia nada. Creo que se equivocó. El problema hoy es del Papa para abajo. Creo que hay una carta firmada con nuestro Episcopado que no se puede meter ningún cura en política. Existe eso. Si yo quisiera ser candidato, ya se lo dije a la gente que me propone, me van a mandar a Cuartel V, en el límite de Moreno y San Miguel, y ahí, a mi edad, perdés todo.

–¿Está dispuesto a perder todo para ser candidato?

–A mí me conocieron cura y por ser cura me ofrecen esto, pero eso no quiere decir que vaya a dejar de ser cura. Hay otros como en La Rioja, o Tucumán, donde los curas largaron la galleta, yo no. No pienso dejar de ser cura.

–¿Pero también piensa en otras opciones para poder ser candidato?

–Sí, también.