Después de un año sin diálogo, Argentina y Uruguay lograron firmar el viernes un acuerdo para empezar a negociar una salida al conflicto por la instalación de la planta pastera de Botnia. Así quedaron las cosas:

- En la “Declaración de Madrid” ambos países aceptan empezar a discutir en profundidad un listado de cuatro temas, que reflejan el eje de la discordia: la “localización” de Botnia, “cuestiones” sobre “la circulación por las rutas y puentes que unen a los dos países”, la “aplicación” del Estatuto del Río Uruguay y la “protección” ambiental de este río compartido.

- El orden de aparición de los temas en el papel, no será necesariamente el que siga la negociación de aquí en más en la práctica. Se supone que es azaroso. El pacto es “hablar a agenda abierta”, o sea, pueden aparecer otras cuestiones.

- Ambos países moderaron sus reclamos de máxima: la relocalización de la pastera en el caso argentino y el levantamiento de los cortes de parte de los uruguayos. El texto no habla de levantar cortes ni de mudar la planta, aunque no lo descarta. Es factible que exploren, entonces, una salida intermedia.

- En la Declaración “ambas partes lamentan profundamente la situación creada entre los dos países y expresan su voluntad de resolver de manera amistosa, promoviendo el diálogo, las diferencias que separan a las dos naciones hermanas”.

- Se mantiene la disputa legal en la Corte Internacional de La Haya, donde Argentina demandó a Uruguay.

- Se buscarán, a futuro, mecanismos para garantizar el control sobre la producción de Botnia y para evitar nuevos conflictos como el que llevó a un diálogo en Madrid.

- La próxima reunión es el mes que viene. Pronto, como para dar señales de acción, un tema que al gobierno argentino preocupa ante la inminencia de la puesta en marcha de la planta, en septiembre, y las elecciones de octubre.