A diferencia de Schiaretti, Luis Juez volvió a tomar distancia del kirchnerismo y le apuntó a los funcionarios del gobierno nacional que respaldaron a su contrincante en las elecciones cordobesas. “Nos robaron la elección. Nos robaron en el Correo Argentino, un organismo del Estado nacional. Julio De Vido tendría que estar acá para dar explicaciones. Había elecciones en Córdoba y el titular del Correo está en Buenos Aires. Claro, si (Eduardo) Di Cola todavía tiene los afiches pegados de cuando quería ser gobernador”, dijo Juez, una y otra vez, a los periodistas que cubrían su vigilia frente a la sede del Correo cordobés, donde llegaban los datos de la elección.

–¿No recibió apoyo de funcionarios del gobierno nacional, no lo llamaron? –le preguntaron.

–¿Para qué?, no lo quiero ni necesito –respondió Juez por la madrugada. Horas después, allí mismo daba vueltas la diputada kirchnerista y vice de la Cámara, Patricia Vaca Narvaja. Prefirió otra respuesta: “He hablado sólo con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y me dijo que nos apoya en el reclamo porque trata de defender los valores democráticos”.

Juez se alejó de cualquier vínculo que lo asociara al kirchnerismo, al que adhirió en forma crítica cuando el proyecto presidencial pasaba por la transversalidad. Criticó las alianzas del Gobierno y comparó a De la Sota y a su delfín con “lo peor de los intendentes del conurbano bonaerense. No hay diferencia entre (Hugo) Curto y Schiaretti”, graficó. Prefirió mostrarse contento con el triunfo de Hermes Binner, recibir a Aníbal Ibarra y al intendente de Morón, Martín Sabbatella, y rechazó cualquier definición sobre la candidatura de Cristina Fernández.

Pero también tomó nota que muchos, funcionarios del Gobierno incluidos, tienen sus ojos puestos en Córdoba. “Quiero ser prudente, no quiero agitar un sentimiento que todos los cordobeses sienten. Que esta elección ha sido un fraude. Somos tapa de todos los medios nacionales, no quiero que la bronca se transforme en otra cosa”, sentenció frente a las cámaras de TV con la certeza de saber quiénes estaban escuchando y hacia quién estaba dirigido el mensaje.