Domingo, 9 de marzo de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › INVESTIGAN SI ITZCOVICH MURIO A MANOS DE DELINCUENTES DE UNIFORME
El juez investiga con Gendarmería y puso custodia a testigos porque sospecha que uno de los grupos de policías es en realidad una banda delictiva activa en Monte Castro.
Por Raúl Kollmann
El juez Juan María Ramos Padilla investiga una hipótesis espinosa: que uno de los dos grupos de la Policía Federal que se enfrentaron en el barrio porteño de Monte Castro estaba cometiendo delitos. Es más, que podría integrar la banda que roba autos en la zona y que, supuestamente, ambos grupos investigaban. Los que están en la mira son los efectivos de Investigaciones que tirotearon y mataron al oficial inspector Sebastián Itzcovich. El magistrado apartó a la Policía Federal de la investigación y aborda el caso con la Gendarmería. En la recorrida que hizo por la esquina en la que ocurrieron los hechos, Ramos Padilla encontró el viernes otro proyectil y la sospecha es que los tres hombres de Investigaciones, que continúan detenidos, pensaron que los dos policías de la comisaría 43ª los habían sorprendido in fraganti. La hipótesis explica por qué el juez ordenó una custodia para todos los testigos, en especial para el oficial Gustavo Montenegro, que estaba junto con Itzcovich en una moto cuando les dispararon.
Los cinco policías de la Federal estaban el miércoles de civil. Dos de ellos, Itzcovich y Montenegro, salían de una pizzería y abordaron la moto. En una camioneta Renault circulaban o esperaban los tres efectivos de Investigaciones, cuyas identidades nunca trascendieron. Se produjo entonces un llamativo enfrentamiento en el que ni Itzcovich ni Montenegro dispararon y de las armas de los hombres de Investigaciones salieron varios tiros. Uno de ellos impactó y mató a Itzcovich.
“Los de Investigaciones siempre andan mal vestidos, barbudos, con el pelo largo. Es porque no quieren ser identificados como policías y así pueden avanzar en sus trabajos –explicó un veterano integrante de la Federal–. Eso ya produjo más de un enfrentamiento a tiros porque los confundieron con delincuentes. Lo que pasa es que en este caso quienes disparan son los de Investigaciones y no los de la comisaría. Eso es raro.” Para el juez Ramos Padilla también las cosas no se aclaran: “La historia que informa la Policía Federal hasta ahora no me cierra para nada”, dijo el viernes mientras recorría la esquina de Bermúdez y Santo Tomé. En el expediente, en concreto, se trata de determinar si el grupo de Investigaciones era parte de una banda que robaba autos en la zona o si cometía otros delitos.
Uno de los elementos que no encaja es que los de Investigaciones dispararon varios tiros, mientras que los dos policías de la comisaría 43ª no alcanzaron a reaccionar. Ramos Padilla está esperando un informe sobre la trayectoria de la bala que mató a Itzcovich: no está claro si entró a su cuerpo por delante o por atrás. Esta última variante sería muy incriminatoria –según afirman cerca del juez– porque implica que los efectivos de la Brigada, como les dicen a los de Investigaciones, dispararon cuando los de la comisaría se iban y estos ni siquiera habían disparado.
Hay gestos del magistrado que hablan por sí solos. Por de pronto, ordenó que las tareas que les encomendó y les va a encomendar a las fuerzas de seguridad sean hechas por la Gendarmería, no por la Policía Federal. También decidió que los tres efectivos de Investigaciones siguieran presos y se tomará unos días más para definir su situación. El viernes pasado les puso custodia a varios testigos, pero sobre todo al que considera hombre clave en la causa, el policía Gustavo Montenegro, que estaba en la moto con Itzcovich. El oficial sigue internado en el Hospital Churruca, reponiéndose de heridas de bala. Está fuera de peligro y seguramente va a declarar en los próximos días. Ramos Padilla quiso reasegurarse de que nada le pase. Según dicen quienes acceden a Ramos Padilla, se trata de otro gesto de desconfianza hacia los hombres de Investigaciones, porque “si él considera que hay un peligro, está claro que ese peligro vendría de quienes están presos, con probabilidad de ser imputados y que, además, fueron los agresores el miércoles pasado”.
En realidad, Itzcovich y Montenegro habían ido a saludar a un amigo en la pizzería de la esquina, pero se sabe que en esos días la comisaría estaba pendiente de atrapar a una banda de ladrones de autos. En la Policía Federal afirman que los efectivos de Investigaciones también estaban tras los pasos de esa organización. Según la versión oficial, como los dos grupos estaban de civil, se produjo una confusión. Cada uno creyó que el otro grupo era parte de la banda. Asuntos Internos está investigando esta versión, aunque el jueves se la daba como cierta y fue la que difundió la fuerza. Según afirman los testigos, nadie escuchó ninguna voz de alto, es decir que no hubo un intento de un grupo de detener al otro. Lo que habría ocurrido –siempre según los testigos– es que los de Investigaciones directamente dispararon. Los tres efectivos de la Brigada ya fueron indagados y en el juzgado afirman que sus dichos no concuerdan con la forma en que sucedieron las cosas y con la trayectoria de los disparos. Eso lleva al magistrado a sospechar que, tal vez, aquel miércoles no estaban actuando como policías, sino del otro lado del mostrador.
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