Viernes, 11 de abril de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › LA ANTORCHA OLIMPICA HARA HOY SU RECORRIDO EN BUENOS AIRES CON ACTOS DE OPOSICION AL GOBIERNO CHINO
Llegó por primera vez a Buenos Aires, aunque no en las mejores condiciones. Habrá un impresionante operativo de seguridad y hay polémica por algunas ausencia entre los deportistas convocados. Los razones de los Macri para la escala local de la antorcha.
Por Gustavo Veiga
La antorcha olímpica que llegó por primera vez en la historia a Buenos Aires provoca quemazón. El Viaje de la Armonía, como se denomina a los 137 mil kilómetros de su recorrido por el mundo, lejos está de despertar la confraternidad entre los pueblos y aquí ya promueve discordias. La elección de los 80 relevistas argentinos que hoy portarán la llama, la organización del recorrido y los imperativos comerciales que transformaron a la ciudad en la única visitada de Latinoamérica, dejaron beneficiarios elocuentes y excluidos sugestivos. Un acontecimiento que para el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, significa “un motivo de orgullo”, para el secretario de Deporte de la Nación, Claudio Morresi, es “una sorpresa por algunas omisiones y también por ciertas participaciones”.
Existe más de una razón para que el emblemático cono (hecho de una aleación de aluminio y magnesio, un kilo de peso y 72 centímetros de largo) pueda ser observado esta tarde a lo largo de 13 kilómetros. De la primera daban cuenta los integrantes del Comité Olímpico Argentino (COA) cuando confiaban y también insistían en que la antorcha pasaría por aquí hace más de un año. Incluso antes de que Macri firmara el 19 de diciembre de 2007 el convenio por el cual se incorporaba la antorcha a la geografía porteña.
Lo que no trascendió demasiado es que Franco Macri, el padre de Mauricio, preside la Cámara de Comercio e Industria Argentino-China. Un dato que no pasa inadvertido si se considera cómo se complementan la política y los negocios en el holding familiar. Aquel acuerdo con el vicepresidente del Comité Organizador del Relevo, Lin Xiaohua, y el titular del Comité Olímpico Argentino (COA), Julio Casanello, se firmó diez días después de que Macri asumiera su cargo en Buenos Aires.
“Va estar bueno Buenos Aires”, decía el slogan de campaña con que el ingeniero llegó al gobierno de la ciudad. Seguramente, ahora no piensan lo mismo quienes fueron excluidos de participar en el recorrido de la antorcha. Uno de ellos, Osvaldo Suárez, considerado por los especialistas como el mejor atleta argentino de todos los tiempos (doce veces campeón sudamericano de atletismo, cuatro veces medalla de oro en los Panamericanos, triple ganador de la San Silvestre y Olimpia de Oro en 1958), se quebró por una decisión que lo ignoró: “Tenía la ilusión de ser uno de los que llevaran la antorcha y estoy muy mal porque no me nombraron”, le dijo al diario Crónica en una entrevista reciente.
Morresi, en tanto, declaró para Página/12: “Había deportistas que merecían estar entre los ochenta elegidos”. Y se declaró sorprendido porque el Estado nacional no fue consultado “teniendo en cuenta que es el mayor sponsor del deporte y acá aparecen empresas como si fueran las que lo sostienen. En 2008, el Estado invertirá 40 millones de pesos en el alto rendimiento”.
La lista de relevistas contiene deportistas o ex deportistas que merecían recorrer con la antorcha cada uno los 150 metros estipulados. Desde Diego Maradona, pese a que no está confirmada su presencia en la apertura del trayecto, a Gabriela Sabatini, Ubaldo Fillol y Marcelo Garrafo (entre quienes abandonaron la actividad), hasta Magdalena Aicega, Georgina Bardach, Carlos Espínola y Santiago Fernández entre los que irán a los Juegos Olímpicos de Beijing.
Pero en la nómina de relevos que también integran empresarios como Marco Patuano, director general de Telecom; la cantante Soledad Pastoruti, el presidente de la Asociación de Estudiantes Chinos, Zhang Hao, y periodistas (Gonzalo Bonadeo, Juan Pablo Varsky, Mariano Ryan y Gustavo Kuffner) no fue incluido, además de Suárez, un solo campeón olímpico de básquetbol. Por ejemplo, Leonardo Gutiérrez y Gabriel Fernández, de Boca, o Alejandro Montecchia, de Regatas Corrientes, juegan en el país. Pero sí está en la lista Cristian “Kily” González, ganador del oro en fútbol en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
Buenos Aires puede que sea más hospitalaria que Londres, París y San Francisco, donde ya hubo manifestaciones de repudio al régimen chino, aunque tampoco faltarán las protestas. Axel Borgia, vocero del Movimiento del Relevo Mundial de la Antorcha por los Derechos Humanos, dijo que “nuestro objetivo es evidenciar la contradicción de que pueden coexistir los Juegos Olímpicos con los crímenes contra los derechos humanos en China”.
Por si acaso, además de los 1500 efectivos de la Prefectura Naval que tendrán a su cargo la seguridad en el tramo que pasará por Puerto Madero, los 1200 de la Policía Federal en el resto del trayecto y unos 3000 voluntarios que intentarán simplificar el de por si caótico tránsito de la ciudad, habrá una presencia disuasiva adicional. La llamada guardia azul que acompaña a la antorcha por el mundo. Se trata de un grupo de jóvenes chinos con preparación militar y envidiable estado atlético que custodian la llama olímpica como si se tratara de un jefe de Estado.
Sebastián Coe, el presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, fue una de las víctimas de la guardia azul. “Trataron de sacarme a empellones tres veces. Son horribles, no hablaban inglés, son matones”, le dijo a la prensa de su país. El campeón olímpico de los 1500 metros se acercó demasiado a la antorcha y casi le pasan por encima. En Buenos Aires habrá que tener cuidado y no interponerse en su camino. Al menos hasta que la apaguen y luego de 32 horas en la ciudad continúe viaje hacia Dar Es Salaam, la capital de Tanzania.
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