Lunes, 24 de noviembre de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › DETIENEN A UN HOMBRE ACUSADO DE ENVIAR OCHO TONELADAS A MéXICO
Lo investigaba la SIDE desde hace dos años, por el envío de una sustancia altamente tóxica a nombre de un preso. Fue detenido en el aeroparque porteño cuando estaba por volar hacia Iguazú. El Chucho Martínez se declara inocente y su esposa pidió asilo.
A pocos minutos de abordar el avión que lo iba a llevar hacia Iguazú, en Misiones, el destino de Mario Segovia cambió repentinamente. El hombre fue detenido en el Aeroparque Metropolitano de la Ciudad de Buenos Aires, acusado de ser “el mayor proveedor de efedrina de los carteles mexicanos” desde la Argentina, señaló el ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, conclusión a la que se arribó tras una investigación llevada a cabo por la Secretaría de Inteligencia del Estado y que se inició hace más de dos años, según voceros de ese organismo de gobierno. Las mismas fuentes también enmarcaron el procedimiento en la investigación de la ruta de la efedrina. En tanto, el mexicano Jesús Martínez Espinoza, que en esa causa es investigado por liderar la banda de narcotraficantes de ese precursor químico que operaba desde una quinta de la localidad bonaerense de Ingeniero Maschwitz, y que continúa detenido en la Argentina, afirmó en una carta publicada en Internet que “nunca” estuvo involucrado en delitos y siempre desarrolló “negocios legales”. Su esposa e hijo arribaron ayer al país, con el objetivo de solicitar asilo político.
Un grupo de agentes de inteligencia y de la Bonaerense detuvo ayer a Mario Segovia en el Aeroparque Jorge Newbery cuando partía rumbo a Iguazú. El ministro Fernández explicó que, a raíz de una investigación “de orfebre”, la SIDE concluyó que en los últimos dos años el hombre habría trasladado más de ocho mil kilos de efedrina desde Buenos Aires a Rosario. La cantidad de sustancia trasladada, cuyo destino “sin dudas”, según los voceros ministeriales, es México, equivale a 30 millones de dólares en el mercado del narcotráfico de ese país. La operación se completó en Rosario con otros 14 allanamientos.
La investigación comenzó en septiembre de 2006, cuando se detectó una encomienda sospechosa en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. “Era una encomienda con 500 miligramos de recinina, que es un tóxico por ingestión que puede llegar a causar la muerte”, señaló, al precisar que se comenzó a sospechar que ese elemento podría “ser utilizado como agente de un ataque biológico”. El destinatario de esta encomienda era un hombre que se hacía llamar “Héctor Germán Benítez, con domicilio en una oficina virtual de Rosario”, precisó Fernández. El puntapié que reforzó las dudas fue el descubrimiento, tras un seguimiento en el marco de esa investigación, de que esa persona estaba detenida desde 2003 en el penal de Sierra Chica, por lo que se trataba de una identidad falsa.
Mientras tanto, si bien la relación entre la investigación de este caso y el que intenta esclarecer la ruta de la efedrina fue confirmada a este diario por fuentes del ministerio, tanto aquéllas como el propio Fernández en su charla con la prensa evitaron dar más información sobre el posible vínculo con el triple homicidio de General Rodríguez.
Aun así, las fuentes indicaron que la investigación por la detención de Segovia recaerá en el juez federal Faggionatto Márquez, a cargo de la causa donde Jesús Martínez Espinosa es el principal acusado de liderar la banda de narcotráficos cuya base funcionaba en una quinta de Ingeniero Maschwitz.
El mismo día en que el Chucho, en una carta publicada en su página de Internet, se declaró inocente y dijo no haber estado involucrado “nunca en ningún delito”, su mujer, Rosalba, y el hijo menor del matrimonio arribaron a la Argentina para pedir asilo político para resguardarse de las amenazas de muerte que, según aseguraron, recibieron en su país de origen.
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