SOCIEDAD › SIN DATOS SOBRE EL JOVEN SECUESTRADO EN CORDOBA
Prueba de vida para Echarri
Una prueba de vida aportada por los secuestradores de Antonio Echarri, padre del actor Pablo Echarri, renovó la esperanza entre sus familiares. El hermetismo no permitió determinar en qué había consistido esa prueba, durante la última comunicación realizada ayer. Según versiones, lo que retrasa el pago es la dificultad de Echarri hijo por reunir la suma exigida, que inicialmente era de 100 mil dólares, aunque allegados a la familia aseguran que se negocia sobre una cifra menor. Anoche, el actor pidió a su padre, a través de los medios, que “se quede tranquilo, que estamos negociando”. Entretanto, no se registraron novedades en el secuestro de Federico Ariente, ocurrido en Córdoba el 13 de octubre pasado. Sus familiares efectivizaron el pago de 400 mil pesos el viernes pasado, pero el joven aún no apareció.
En el caso de Echarri, hoy se cumple el cuarto día de secuestro, ocurrido el jueves pasado a las 6 de la mañana, cuando Antonio se encontraba en su kiosco de diarios, en Suárez y Gutiérrez, de Avellaneda Este. Su familia no realizó la denuncia, según informó la Policía Bonaerense y, desde el inicio, las negociaciones las encabezó Pablo Echarri, acompañado por su pareja, Nancy Duplaá. El juez federal de La Plata, Manuel Blanco, y la Dirección de Delitos Complejos de Lomas de Zamora intervinieron en el caso de oficio, enterados por los medios periodísticos. Antonio Echarri, de 66 años, es diabético insulinodependiente, y hace algunos meses sufrió un preinfarto. Hasta el momento, los secuestradores realizaron escasas comunicaciones. En la primera de ellas, poco después del secuestro, advirtieron que “no queremos ver policías cerca porque le pegamos un tiro en la cabeza”.
En cuanto a Federico Ariente, hijo de un empresario metalúrgico cordobés, el viernes pasado, al mediodía, su hermana Lorena efectivizó el pago de 400 mil pesos, en la localidad bonaerense de Claypole. Desde entonces, la familia aguarda con angustia la aparición de la víctima. Hace una semana, la joven había intentado cumplir con el pago, pero los secuestradores advirtieron que la acompañaban policías y se frustró la entrega. El padre del joven responsabilizó a la policía y continuó las negociaciones por su cuenta.