SOCIEDAD
El perfil psiquiátrico de Grassi será una incógnita nunca develada
La defensa logró que el cura zafara de los estudios. Y pidió que también se apartara la nueva fiscal, que hoy decide sobre el cura.
Parece que esta vez la tercera no será la vencida. La defensa del cura Julio César Grassi anticipó ayer que no aceptará que hoy se realicen las pericias psiquiátricas a las que debía someterse el sacerdote detenido y que ya había logrado frenar en dos ocasiones en los últimos 15 días. Con este nuevo rechazo, los abogados de Grassi lograron evitar definitivamente la realización del examen psiquiátrico ya que hoy se cumple el plazo para que la fiscalía decida si pide la prisión preventiva del imputado. Entusiasmados por la seguidilla de chicanas exitosas, los abogados de Grassi ahora ya piden que se aparte la nueva fiscal del caso. En tanto, en los próximos cinco días, la nueva jueza a cargo del caso, Mónica López Osornio, deberá resolver si el cura permanece en prisión o es liberado.
En diálogo con Página/12, el titular de uno de los estudios que defienden a Grassi, Jorge Sandro, argumentó que “los peritos oficiales preanunciaron una tendencia desfavorable antes de examinarlo” y explicó que la nueva fiscal del caso, Rita Bustamante, “debe excusarse de seguir interviniendo si tiene decoro”.
En un escrito presentado ayer a la Fiscalía, la defensa consideró que “la suerte (de Grassi) está echada de antemano por obra de una conjura judicial enigmática y atroz”, y concluyó que, en este marco, “no cabe discutir la inocencia del imputado”. Desde la detención del cura, los abogados Sandro, Luis Osler y Adrián Maloneay ya consiguieron apartar al primer fiscal, Adrián Flores, y al primer juez, Alfredo Meade, a la vez que evitaron en dos ocasiones las pericias psiquiátricas. La primera fue con la excusa de que querían que el examen fuese filmado. Una vez autorizados a grabar, los abogados volvieron a rechazar la realización del trámite y pidieron que se cambiara a los peritos oficiales. Pero hasta ahora nunca presentaron pruebas sobre la cuestión de fondo.
Tras la separación de Flores y Meade, la investigación pasó a manos de la fiscal Bustamante y la jueza Mónica López Osornio. Ahora, los defensores arremetieron contra Bustamante: le pidieron que “se excuse por animadversión e inconducta que afecta su independencia e imparcialidad”. El pedido fue por una supuesta recomendación que la fiscal le hizo al cura durante una audiencia en la que Grassi debía ampliar su declaración. “Para entender su situación lea la novela El Proceso, de Franz Kafka”, respondió la fiscal, según Sandro, cuando su defendido quiso saber por qué se rechazaban las pruebas presentadas por la defensa.
En la novela de Kafka, el protagonista sufre todo tipo de atropellos por parte de los funcionarios judiciales y termina asesinado de una puñalada sin saber de qué lo acusaban. “Ese mensaje tenebroso le dice a Grassi que, a criterio de la fiscalía, él debería ser ejecutado como el personaje de Kafka. ‘Como un perro’, con un cuchillo clavado en el corazón”, interpretó Sandro.
Bustamante, quien hoy debe decidir si pide o no la prisión preventiva del sacerdote, dispuso que el peritaje se hiciera hoy. Sin embargo, volvió a vencer la defensa: “Definitiva y categóricamente no aceptamos el examen y la fiscalía no puede imponerlo coactivamente. Esas pericias no se van a hacer nunca, por lo menos en el ámbito de Morón, porque aunque cambien los fiscales, las órdenes siempre vienen del mismo jefe”, dijo Sandro a Página/12 en referencia al fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate, que también fue recusado. Sandro concluyó: “De cualquier manera, a Nieva Woodgate se le está terminando el tiempo”.