Domingo, 13 de septiembre de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › EL AUGE DEL DELIVERY DE COMIDA DE ALTA ELABORACION
Aquellos nombres sofisticados, de platos exclusivos, ya no sólo integran las cartas de los “restós”. Ahora es posible encontrarlos en el menú de envíos a domicilio. Sabores exquisitos para paladares exigentes, pero que prefieren comer en casa.
Por Sonia Santoro
Nada de milanesas con papas fritas, pizzas de muzzarella y empanadas de carne. Algo de ciabatta integral con berenjenas grilladas, veggie burger con chutney de manzana, más de blend de hongos y vegetales crocantes o de pastel de lentejas y algas kombu. Menos lechuga y más rúcula. Aceto y oliva, infaltables. El paladar porteño se ha sofisticado y requiere de propuestas más elaboradas. Esto, sumado a la falta de tiempo o de ganas de cocinar, confluyen en una receta apta para el consumo cada vez mayor de delivery de comida gourmet, baja en calorías, orgánica o vegetariana.
En la esquina de Gorriti y Carranza, donde Mariana Chami se ajetrea ante los primeros pedidos, no se percibirá jamás un olor a frituras, más bien habrá mucho de aromas picantes o dulzones propios de la comida sana pero sabrosa. Con el mes de la primavera abrió sus puertas Meraviglia, un almacén de comida orgánica que además tiene comida y hace delivery de platos vegetarianos y orgánicos. “En general el almuerzo es una comida que uno hace fuera de casa, sin tiempo ni conciencia. Muchas veces escuchamos las quejas o comentarios de los que trabajan todo el día afuera: ‘Siempre lo mismo’ o ‘Cómo extraño la comida casera’ o ‘Esto está recalentado’. Casi ni tienen tiempo para comer. Meraviglia es una pausa, es una apuesta a la comida sana, fresca y sabrosa. Confiamos en que si llevamos todos los días a muchísimas personas un almuerzo saludable estamos dando un paso más en nuestro objetivo de difundir esta filosofía de vida, un aporte más al cuidado de este hermoso planeta”, dice.
La chef Juliana López May asesoró y diseñó los platos. “Hicimos una carta corta que irá cambiando de acuerdo con la oferta de productos que nos ofrezca nuestra naturaleza, según la estación del año”, explica. La propuesta, dice, se inserta perfecto en la tendencia gourmet de los últimos tiempos en Buenos Aires, ya que es un “momento de más conocimiento y conciencia de lo orgánico”.
En la misma línea trabaja Sana Comida, que realiza delivery desde hace cinco años. “Consideramos que las vibraciones de los alimentos cambian a través de la cocción y se transmiten por medio de nuestras manos a la comida. De esta forma, quienes las comen reciben nuestros buenos pensamientos y deseos de bienaventuranza”, explica Gabriela Di Puglia.
La médica Dora Sayan se reconoce una gourmet, le gusta probar variedad de comidas, degustar sabores, percibir productos de calidad. Y dice que en Sana Comida recuperó el sabor. “Tengo el colesterol alto y soy constipada y ahora esta dieta sana me viene mejor porque tiene más fibra. Son con productos frescos y se nota”, dice.
En Sana Comida contemplan a quienes prestan especial interés a su cuidado personal, ofreciéndoles platos de comida saludable. “Nuestro propósito es que, al comer una comida equilibrada, el cuerpo no deba hacer un trabajo extra para digerirlo sino todo lo contrario: que esté descansado y mejor preparado para afrontar los desafíos de la vida cotidiana. Esta tendencia viene creciendo de manera sostenida”, agrega Di Puglia.
Con su propuesta no sólo llegan a clientes particulares sino a empresas que cuidan la alimentación de su personal, y asisten a filmaciones y eventos integrales. “Entre otras opciones, proponemos una dieta semanal, en la que la mayor presencia esté dada por los cereales integrales, acompañados por vegetales cocidos (sin grasas saturadas) condimentados con hierbas y salsas naturales. En los casos en los que nos demanden carnes, éstas son de cortes desgrasados y con cocciones cortas. Al mismo tiempo, elaboramos todas las masas con harinas orgánicas integrales”, agrega.
Verónica Frumento consume las viandas de Cuisson desde hace más de dos años. “Compro viandas todas las semanas para cubrir mi almuerzo, los motivos son dos. Primero estéticos, por una cuestión de cuidar el peso, y el segundo es la comodidad y rapidez que me ofrece el tenerlas disponibles en el freezer. En cinco minutos resuelvo, no cuento con mucho tiempo, y ya no almuerzo un yogur o un sandwich”, apunta.
Cuisson Viandas está en Recoleta y cumple un año en octubre. La chef Viviana Roldán comenzó haciendo viandas light para sus amigas y luego lo hizo negocio. Ahora ofrece dos líneas de platos nutridos con 25 variedades: una light, con comidas de 150 y 300 calorías, y una gourmet. Con el asesoramiento de una nutricionista logró transformar los platos gourmet en otros bajos en calorías pero sabrosos y variados. La gente, dice, agradecida de descubrir que puede hacer dieta sin condenarse al pollo sin piel y arroz blanco.
Según la consultora Datos Claros, las mujeres se siguen sintiendo responsables por los alimentos que consume su familia, en dos sentidos: uno vinculado con la responsabilidad de definir el menú y otro relacionado con la tarea concreta de la elaboración de la comida. Sin embargo, gran parte de las encuestadas plantearon que no están contentas con ese rol: “Es una tarea tediosa, las expone a tener que pensar diferentes comidas diariamente”, es complicado “contentar a todos los integrantes de la casa”, explican en la consultora.
Tal vez por eso las mayores clientas son mujeres. “Mis clientas son chicas que trabajan en la oficina, que se llevan su vianda para no comer otra cosa, por práctico y porque les sale más barato. Y otras clientas que viven solas, también hombres solos que tienen viandas congeladas en el freezer y las sacan y ponen al microondas, y mujeres con familia que no pueden o no quieren cocinar. Y después tenés los que están bajo tratamiento”, dice Roldán.
“En general compro una cantidad y la pongo en el freezer y después la voy alternando. Es más variada que la que yo puedo hacer y no es cara, y sobre todo llegar y ya tener resuelto el problema es un placer”, dice Dayan. Un plan de comida semanal (almuerzo y cena, sin bebidas) en Sana Comida, oscila entre 125 y 140 pesos, según las diferentes opciones. En Meraviglia los almuerzos están entre 16 y 22 pesos y las limonadas y jugos orgánicos entre 7 y 12 pesos.
Un gourmet, dice Wikipedia, es una persona con gusto delicado y exquisito paladar, conocedor de los platos de cocina significativamente refinados, que tiene la capacidad de ser catador de talentos de gastronomía al probar el nivel de sabor, fineza y calidad de ciertos alimentos y vinos. Dicen que en Buenos Aires, llamado telefónico mediante, cualquiera puede serlo.
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