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“Que la historia se inicia con una fiesta en Guayamba (Catamarca) en una casa de personajes acostumbrados a desplegar los oropeles del poder.” Así comienza un informe que cuenta punto por punto el camino por el que habría andado Leyla Bshier Nazar antes de la muerte. El relato contiene nombres de las primeras líneas del juarismo, entre ellos el defensor del Pueblo de la ciudad, el de los resonados “hijos del poder” y el diputado Carlos Alberto Anauate, que ayer por el escándalo fue separado del bloque justicialista. Todos ellos estarían relacionados con una fiesta y algunos con las técnicas empleadas para hacer desaparecer a Leyla “sumergiendo su cuerpo en ácido”. Tal como adelantó Página/12, el informe fue presentado por los abogados de la familia Villalba ayer ante la Fiscalía de la Corte de Santiago y el presidente del Superior Tribunal de Justicia. Los relatos instalan al ex comisario y ex secretario de Informaciones Musa Azar como el autor de una llamada en la que habría pedido la entrega de Patricia Villalba. La denuncia introduce a los “hijos del poder” en el centro de la escena del doble crimen de La Dársena, cuenta con puntos que la sostienen en los expedientes pero contrasta con la línea de investigación que provocó las cuatro últimas detenciones.
Durante la mañana temprano, los Villalba caminaron hasta los tribunales de Santiago cargando un informe explosivo y peligroso. Desde el viernes pasado venían recogiendo pruebas y elementos para testear una denuncia que recibió el teléfono de Karina Villalba, la hermana de Patricia. Esos relatos primero les causaron espanto y más tarde algo de miedo por las dimensiones y el peso de quienes se hallarían involucrados con los crímenes. En este momento, los Villalba aseguran que cuentan con dos testigos clave pero también con fuentes que se les han cerrado cuando aparecieron las primeras denuncias contra el ex comisario Musa Azar, el hombre de la recontrainteligencia acusado ahora como “autor material” e “instigador del homicidio” de Villalba, y por encubrimiento en el caso de Leyla Nazar. “Yo no tengo nada que ver con estas muertes y ni siquiera conozco a esas chicas”, salió a decir ayer desde su casa cuando se le acercaron las cámaras de televisión y mientras que su abogado Luis Vergottini se apuraba a presentar un recurso de amparo ante la justicia. Cuando Página/12 lo consultó acerca de las denuncias, Vergottini adelantó que abrirían una querella por calumnias e injurias si las pruebas contenidas en el informe no los convencen. Sin embargo, tal querella tendrá que esperar. Según las explicaciones de los abogados del caso, nadie podría abrir una querella mientras se investiga la causa.
La denuncia en cuestión reconstruye los supuestos últimos pasos de Leyla desde la madrugada del 16 de enero, cuando alguien pasó a recogerla por Saravah, uno de los bares de la noche donde la prostitución se cruza con el mundo de los poderosos de Santiago. Hasta ahora, quienes siguen la investigación sabían que durante esa noche Leyla había estado en el Palace Hotel con Cristina Juárez, una de sus amigas. Hacia las tres de la mañana, las dos habían decidido marcharse y, por los relatos de Cristina, ella había optado por recalar en su casa. Leyla, en cambio, siguió camino. “Me acuerdo que lo último que hizo fue mirar la luna, después de eso me dijo que se iba a Saravah”, contó Cristina en estos días.
Hasta ahora, todo lo que seguía era un misterio. Sólo se sabía que después de esa noche y ese mismo día a las 18.18, Leyla seguía viva. En los expedientes existen los datos de una comunicación de ella a la casa de una prima. En la grabadora quedó registrada su voz pero los peritos no dieron hasta ahora con los números de teléfono desde donde se produjo la llamada. La historia, de acuerdo a los expedientes, continúa el 17 de enero, cuando apareció la primera denuncia de desaparición de Leyla hechapor Cristina Juárez, que ya la daba por perdida. Eso hacía suponer hasta ahora que Leyla había muerto aquel jueves 16 de enero.
Pero el informe cambiaría la sucesión de las cosas. A Leyla se la habrían llevado a una fiesta que supuestamente se hacía en la “casa de alguien” en Guayamba, una localidad catamarqueña ubicada a 130 kilómetros de la capital de Santiago. Esa fiesta habría empezado antes y entre los presentes habrían estado, según el informe, (Carlos Alberto) Anauate, diputado de juarismo; Musa Azar (hijo del ex comisario); Juan Felipe Santiago Moreno, el hijo del vicegobernador Darío Moreno –obligado a renunciar hace dos semanas por las cabeceras del gobierno de la provincia- y, entre otros, Gilberto Perduca, ombudsman de la ciudad capital y citado en calidad de testigo la semana pasada por el juzgado de La Banda.
“En un momento dado -.continúa el escrito-. se acaba la cocaína y vuelven a Santiago.” Dos de los hombres de la fiesta habrían emprendido el regreso hacia a Saravah. “Perduca y Juan Felipe Moreno se dirigieron en busca de mujeres y allí se produce el encuentro con Leyla”, dice el informe que tiene ahora la Justicia. Leyla conocía al defensor del Pueblo, según declaró Cristina Juárez en la causa, aunque Perduca aseguró que la relación era sólo laboral. Además de esos datos, otro testigo de la causa llamado Eduardo Campos, y recordado en el informe, también mencionó una fiesta de Guayamba en la que habría visto a Leyla.
Durante esa fiesta, Leyla “fue sometida sexualmente por varios individuos”, dice el relato antes de describir que la chica sufrió una descompensación cardíaca provocada por un shock como “efecto de la droga y la relación sexual”. En ese momento, Perduca y el hijo de Musa Azar, siempre según el informe, habrían decidido trasladarla al hospital Independencia de Santiago. “Pidieron zona liberada a Musa Azar para ingresar por la puerta de atrás justamente en los momentos en los que las hojas del servicio de guardia se encuentran arrancadas.” Ese momento habría sido el domingo 19 de enero, a las 11 de la mañana. Tres días después del cruce en Saravah y en una fecha que coincide con las denuncias que hizo la semana pasada Rolando Alvarez, director del Independencia. Según el informe, fue la doctora Silvina Carabajal quien habría atendido a Leyla en ese estado después de una llamada telefónica que le hizo Musa Azar a pedido de su hijo: en la comunicación, el ex comisario le “exigió que no deje constancia del suceso y la amenazó: que de lo contrario la iba a hacer desaparecer a ella y a toda su familia”.
Silvina Carabajal fue una de las personas que también pasó por tribunales la semana pasada envuelta en una situación no demasiado clara. El juez Dardo Herrera la convocó para que diera cuenta de los rumores que indicaban que Leyla había estado internada allí. En esa ocasión y ante la prensa, Carabajal admitió que trabajó el domingo 19 de enero pero aseguró que “nada raro había observado”. El informe asegura ahora que las hojas que faltan están supuestamente en su poder.
Ese aparece como el momento de la muerte de Leyla. “Luego -.sigue el informe.- Musa Azar le pidió el celular a su hijo y le dice que vaya a su finca por el camino de la costa.” En esa finca se habría encontrado con “Luis Azar, sobrino de Musa Azar, y (ambos) sumergen el cuerpo en ácido y luego sus restos óseos son llevados en una camioneta Ranger y arrojados en La Dársena”. Esta metodología coincide con una de las hipótesis de los peritos, quienes no descartan -.pero tampoco confirman-. el uso de ácido para acelerar el proceso de descomposición del cuerpo.
Aquí concluyen los detalles sobre las supuestas condiciones en las que Leyla habría muerto. Para muchos, quienes están cerca de la causa, varios de estos puntos son probables pero nadie se explica, por ejemplo, la extensión de una fiesta desde el 16 hasta el 19 o el traslado de alguien supuestamente en estado de muerte, desde Guayamba, ubicada a 130kilómetros del hospital Independencia. Sin embargo, los Villalba aseguran que cuentan con las pruebas.
¿Cuál es la conexión del relato con Patricia Villalba? Tal como lo adelantó ayer Página/12, aquí aparece Patricio Llugdar, el primer procesado del caso. El informe lo presenta como amigo del hijo de Musa Azar y conocido de Leyla. Habría sido el hijo de Musa quien le confió a Llugdar los detalles de la historia, y él se los habría contado a Patricia Villalba. Eso le valió, según el informe, su “sentencia de muerte”.
Musa Azar, supuestamente al tanto de que la información había trascendido, lo habría llamado a Llugdar para pedirle la entrega de Patricia. “Así y bajo amenaza, Llugdar se comunicó con Patricia y la llevó a la finca de Musa Azar, donde se encontraban sus ejecutores.” En esa escena termina el informe, que remite a las fojas 78/79 del expediente: allí están los informes de los peritos y los detalles de la sesión de torturas que anticipa su muerte.