Viernes, 23 de agosto de 2013 | Hoy
SOCIEDAD › ACUSADO DEL CRIMEN DEL PERIODISTA DE LA VILLA 31, ESPINOLA FUE UNO DE LOS IDEOLOGOS DE LA FUGA
Fue detenido durante un allanamiento en Lanús. Según la información oficial, fue uno de los cuatro que cavaron el túnel y cortaron el alambrado. Podría conocer detalles de la ayuda penitenciaria. Hortel sostuvo que los sensores no funcionaban desde 2002.
Uno de los internos fugados del CPF 1 de Ezeiza fue detenido ayer por la noche en Lanús. Se trata de Christian Espínola, condenado a 18 años por el crimen del periodista de la Villa 31 Adams Ledesma, en septiembre de 2010. Deberá ser custodiado hasta de un resfrío. Si es certera la información oficial, se trata de uno de los cuatro que planearon la evasión y podría estar al tanto de los canales de la contribución interna para lograr la fuga. Los detalles del escape cinematográfico siguen sumando datos que apuntan a una ayudita de adentro. Según aseguró a la prensa el ex director del SPF Víctor Hortel, los sensores de movimiento que deberían haber detectado el corte de los alambrados “no funcionaba desde hace tiempo y nunca se repararon”. Pero la fuga no se produjo por un problema de importación, como pretendía instalar una versión periodística, porque no funcionaban desde 2002, y en la fuga anterior, en ese mismo año, todavía funcionaban y no sirvieron para nada. Por eso desde entonces se establecieron varias líneas de guardias humanas y de perros. El lunes pasado, a la hora de la fuga, los turnos de seguridad no funcionaron.
El evadido, condenado a 18 años de prisión por el crimen del periodista Adams Ledesma Valenzuela, cometido el 4 de septiembre de 2010 en la Villa 31, fue detenido en Lanús por la Bonaerense. Christian Espínola Cristaldo, de 22 años, de nacionalidad paraguaya y apodado El Pichu, ya había estado prófugo durante ocho meses después del crimen. Y fue uno de los trece evadidos del penal de Ezeiza el lunes pasado.
La idea de que la fuga sólo pudo realizarse con colaboración penitenciaria circula desde el primer momento, criterio sostenido tanto por el director saliente como por el entrante. Ayer, Víctor Hortel agregó datos a la prensa. Dijo que “no funcionaban los sensores perimetrales por falta de mantenimiento desde hace tiempo”. Teniendo en cuenta que la construcción del penal estuvo a cargo de la empresa española Dycasa, la idea de que los repuestos “españoles” no se pudieron reponer por dificultades en la importación fue pasto para las versiones que apuntaron a que “el SPF sufrió problemas de importación”. Pero fuentes del Servicio Penitenciario aseguraron a este diario que los sensores no funcionaban desde 2002, después de la fuga anterior, ocurrida el 6 de julio de ese año. En esa oportunidad, cuatro internos lograron escapar, pero los sensores, que para ese entonces funcionaban, no sirvieron para nada. Conclusión: desde 2002 se abandonó su mantenimiento por inservibles y se los reemplazó desde entonces por guardias reforzadas en techos, puestos, rondines y perros en las áreas de descampado entre alambradas. Tampoco funcionaban las cámaras de seguridad desde hace años. Uno de los fiscales que investigan la fuga, García Lois, había presentado un hábeas corpus junto a defensores oficiales, por ese motivo.
Hortel sostuvo que los “puestos en tierra, además de las torres, las patrullas con perros en las áreas de descampado y los rondines en vehículos, además de los turnos de la seguridad interna no funcionaron al momento de esta fuga”. El ex director reiteró su impresión de que el escape “fue por el túnel” cavado entre la celda y el exterior, y tomó distancia de otras hipótesis surgidas en las últimas horas: “Yo tengo dudas de que se hayan ido caminando” por la puerta de la unidad, que da a la autopista Ezeiza-Cañuelas. “Esto fue un pase de facturas del núcleo duro de la corporación penitenciaria que fue resistente a los cambios que estábamos produciendo, porque afectamos nichos de negocios y de privilegio que esta corporación no quiere perder.”
Dos de los fugados habían sido recapturados el lunes, caminando en la ruta 205, cerca de Cañuelas, por uniformados de la Policía Comunal de esa ciudad. “Si se fueron por el boquete y el túnel o si se fueron caminando (por la puerta) son dos situaciones de suma gravedad y en cualquier caso exige una respuesta”, sostuvo Hortel en declaraciones a radio La Red.
Los dos primeros detenidos fueron Juan Armando Durán, de 37 años, y Claudio Marcelo “Pájaro” Ortiz, de 32. Anoche, Christian Espínola fue detenido en Lanús durante un allanamiento de la Bonaerense que contaba con un dato bastante aproximado de su escondrijo.
Espínola había sido condenado por el crimen de Adams Valenzuela. El hecho ocurrido en la madrugada del 4 de septiembre de 2010, cuando Valenzuela salió de su casa luego de haber sido despertado por un vecino porque había un desperfecto en la electricidad. Desde un principio, el robo como móvil del crimen quedó descartado, ya que a la víctima se le encontraron 55 pesos en el bolsillo. Para la familia del periodista, Espínola hizo salir a Ledesma de la casa, comenzó a hablar con él e incluso le ofreció un vaso de vino, pero luego sacó una navaja y se la clavó en el pecho porque el periodista le impedía vender paco. Ledesma era el dueño del canal de televisión comunitaria Mundo Villa TV, que transmitía desde la Villa 31 con llegada a 1500 hogares y a la Villa 1-11-14 del Bajo Flores.
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