Viernes, 1 de agosto de 2014 | Hoy
SOCIEDAD › VECINOS DE VILLA URQUIZA RECLAMAN PARTICIPAR DEL CENTRO CULTURAL BARRIAL
El cine-teatro reabrió en 2007 como un complejo cultural con la idea de que los vecinos participaran en su programación. Pero terminó siendo manejado sólo por el gobierno porteño, con pocas actividades y entradas caras. Mañana habrá un reclamo frente al lugar.
Cuando el histórico cine-teatro 25 de Mayo reabrió sus puertas como complejo cultural, el 21 de noviembre de 2007, los vecinos de Villa Urquiza esperaban que se convirtiera en un espacio público que albergara distintas actividades culturales y que se promoviera el encuentro y la participación de toda la comunidad. Ese había sido el acuerdo que habían firmado con el gobierno de Aníbal Ibarra unos años antes. Pero con el correr de los años y los cambios de mandato en la ciudad de Buenos Aires, aquella idea se fue desdibujando. Las decisiones sobre el centro cultural comenzaron a centralizarse en las autoridades porteñas de turno y la iniciativa vecinal quedó postergada. En la actualidad, el edificio está vaciado. Presenta talleres que no son accesibles, hay pocas obras de teatro y proyecciones de cine en carte, y se prohíbe desarrollar actividades comunitarias en su interior. Ahora, los Vecinos por el 25 de Mayo reclaman su participación e hicieron un pedido de informes al ministro de Cultura de la Ciudad, Hernán Lombardi, para que dé cuenta de la gestión, programación y mantención del complejo.
“Está administrado de manera centralizada desde el complejo cultural San Martín como una sala más. Hay pocas actividades, que son caras, no tienen continuidad y son poco difundidas. Además, a las asociaciones y colegios vecinales que quieren usar el espacio les cobran alquileres. Con el informe que pedimos pretendemos blanquear esta situación. Queremos que se deje de lucrar con el 25 de Mayo y que el espacio pase a manos de la Comuna 12 para que los vecinos podamos participar de las decisiones que se toman”, explica a Página/12 Jorge Mercado.
Los miembros de la asamblea comentan que sus reclamos para el pleno funcionamiento del 25 de Mayo llevan varios años. Gracias a la presión vecinal, en 2003 se logró que Ibarra expropiara el lugar para reactivarlo, luego de que se cerrara por razones comerciales en la década del ’80. El temor a que las obras edilicias se detuvieran hicieron también que se presionara a la gestión de Jorge Telerman para reinaugurarlo en 2007, pese a no estar terminado. Hoy la preocupación de que el complejo cultural ubicado en avenida Triunvirato 4440 quede inutilizado y sea privatizado por las autoridades vuelve a movilizar a toda Villa Urquiza.
“Con Ibarra, se firmó un acta acuerdo que garantiza la participación de los vecinos en la planificación y gestión de las actividades del complejo cultural. Establece trabajar conjuntamente con las autoridades. Al cambiar de gobierno, se cortó todo tipo de diálogo entre las partes”, señala Mónica Dittmar.
Dittmar detalla que en 2008 el actual ministro de Cultura firmó un decreto que dejó al lugar bajo la órbita de la cartera y del Centro Cultural San Martín: “Cada vez nos fueron negando más la participación porque decían que no había espacios para tantas actividades que proponíamos, una mentira. Teníamos reuniones quincenales que en 2010 se dejaron de hacer. En 2011, con Gabriela Ricardez como directora del San Martín y del 25 de Mayo, perdimos todo tipo de participación. Ella organiza algunos festivales, pero antes estaba el Bafici, otro de tango. De tanto en tanto hay programación, como ahora, que hay una obra de teatro infantil para las vacaciones de invierno y hay algunos cursos, que son del San Martín y los traen acá”.
“Son actividades aisladas que no corresponden a un plan cultural. Es distinto al de los vecinos que, con la idea de un complejo cultural, busca desarrollar actividades integrales e interdisciplinarias desde distintas áreas como la plástica, la música, el teatro o la investigación. Además es un desperdicio del potencial que tienen las instalaciones”, sostiene Mercado. El Petit Colón, como se conoce al 25 de Mayo, presenta una sala donde se pueden realizar conciertos, obras de teatro y proyecciones de cine, cuatro aulas para talleres y una galería de exposiciones, entre otras facilidades. Inaugurado por primera vez en 1927, por su valor histórico y arquitectónico, el edificio tiene protección histórica de la ciudad.
Damián Pigliapoco cuenta que “un grupo de teatro y un coro son las únicas actividades vecinales que se desarrollan en el 25 de Mayo. En realidad, resisten porque son ninguneados permanentemente. Tienen una hora de ensayo y los empleados les cortan la luz, en invierno les prenden el aire, no tienen dónde dejar sus cosas o no les dan el lugar para que presenten sus obras como les gustaría”. En esta línea, Dittmar agrega que “a los vecinos no les permiten estar pero cuando, por ejemplo, se presentó a la Policía Metropolitana o se hizo la designación del Fino Palacios se las hizo acá”.
En el marco de este reclamo, mañana a las 11 los vecinos realizarán una actividad cultural frente a la puerta del centro cultural para visibilizar el conflicto y juntar firmas para que el complejo cultural pertenezca a la comuna del barrio. Sofía Zapettini dice que “para ese día, se supone que tiene que estar la respuesta del Ministerio de Cultura. La intención nuestra es comunicarles a todos lo que suceda. Todos los sábados nos juntamos y muchos vecinos participan porque quieren actividades culturales. Además, sienten mucho al 25 de Mayo porque representa parte de la historia de Urquiza y de sus vidas. Muchos han hecho obras o han venido a ver espectáculos acá. Se trata también de mantener la identidad del barrio”.
Informe: Gonzalo Olaberría.
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