Miércoles, 31 de diciembre de 2014 | Hoy
SOCIEDAD › LOS FAMILIARES MARCHARON HASTA EL BOLICHE INCENDIADO, LOS DE CALLEJEROS SE REUNIERON APARTE
Los familiares de la mayor parte de las víctimas de Cromañón marcharon desde Plaza de Mayo hasta la puerta del boliche en Once, reclamando “vuelvan a prisión” los condenados por la Justicia, tras leer un durísimo documento que cuestionó la corrupción.
Por Carlos Rodríguez
Con un durísimo documento en el que señalaron que la tragedia de la que ayer se cumplieron diez años fue consecuencia de “la corrupción de los sectores políticos y empresarios”, los familiares y sobrevivientes de República Cromañón se concentraron en la Plaza de Mayo y marcharon luego hasta el santuario de Plaza Miserere, para reclamar que “finalmente se haga justicia y vuelvan a prisión” los que fueron condenados y se encuentran actualmente en libertad, mientras la Cámara de Casación revisa la causa. Los actos comenzaron a mediodía, frente a la Casa de Gobierno, e incluyeron una misa que se realizó en la Catedral Metropolitana. En la ceremonia, el obispo Jorge Lozano lamentó que lo ocurrido en Cromañón no sea “un problema de todos” y sostuvo que eso se notó “en la incomprensión, la superficialidad, el maltrato, la descalificación, la injusticia, la indiferencia” que sufrieron los familiares de las 194 víctimas fatales y miles de sobrevivientes.
Al finalizar la misa se leyó un mensaje del papa Francisco, en el cual señaló que no puede olvidar “aquella noche y los días subsiguientes recorriendo los hospitales”. Recalcó que a diez años de lo ocurrido sigue “rezando con ustedes y caminando con ustedes”, en su mensaje dirigido a todas las víctimas del trágico incendio. En la Plaza de Mayo, en forma simultánea, desde las 12 se presentaron grupos de rock y músicos en general, acompañados por sobrevivientes. El acto central comenzó cerca de las 19, con la presencia de Nora Cortiñas, de Madres Línea Fundadora, integrantes de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos y dirigentes políticos como Gustavo Vera y Luis Zamora, entre otros.
La lectura del documento de las asociaciones que agrupan a las víctimas tuvo un fuerte contenido crítico dirigido tanto al ex jefe de Gobierno Aníbal Ibarra, destituido después de la tragedia, como al actual alcalde de la Ciudad, Mauricio Macri, y también hacia las autoridades del gobierno nacional. Sobre Ibarra se dijo que fue “impunemente sobreseído por la Justicia, sin siquiera haber sido llamado a declarar en la causa penal”. Se subrayó que para que ocurra una tragedia de estas características es preciso “que existan empresarios como Rafael Levy, el dueño de Cromañón, personaje siniestro que sigue oculto en empresas off shore donde se esclavizan a las personas y actualmente es dueño de prostíbulos que funcionan a la vuelta de Cromañón, amparados por la oficina de control del gobierno de Macri”.
Si bien admitieron que “la música no mata”, cuestionaron al grupo Callejeros porque “nunca asumieron su responsabilidad y siguen lucrando, a pesar de la tragedia”. Les reprocharon también el hecho de “no haber denunciado nunca el mal funcionamiento de los boliches donde iban a tocar”. Aunque aclararon que no los alegra la muerte de Omar Chabán, señalaron que en vida hizo “culto del incumplimiento de las normas” de seguridad y lamentaron que ahora se lo recuerde sólo como “un promotor de la cultura”. Resaltaron que Chabán “murió cuidado y atendido por los médicos, mientras que nuestros pibes tuvieron que morir amontonados y olvidados en lugares oscuros”.
En otro párrafo se señaló que los sobrevivientes de Cromañón han sido “estigmatizados y acusados de drogadictos, vagos, irresponsables o descerebrados por parte de la sociedad, lo que ha motivado que no tengan posibilidad de trabajar ni de acceder como corresponde a los servicios de salud”, situación de la que hicieron responsables “tanto al gobierno local como al gobierno nacional”. Del mismo modo reivindicaron a los fallecidos afirmando que “el 40 por ciento de ellos murió cuando intentaba rescatar a otros” que habían quedado encerrados en el boliche.
Luego de la lectura del documento de los organizadores del acto, fueron nombrados uno por uno los 194 fallecidos y con posterioridad se inició la marcha hacia el santuario levantado en la plaza Once, sobre la calle Bartolomé Mitre al 3000, donde funcionaba el boliche incendiado. A la cabeza de la marcha iban familiares, sobrevivientes y jóvenes que adhieren al reclamo, cada uno con un cartel que decía: “La corrupción mata”.
A lo largo de la marcha, una de las frases más repetidas por familiares y sobrevivientes fue la misma que se utilizó como título del documento leído en la Plaza de Mayo: “Una década de lucha, dolor y ausencias”. Uno de los estandartes era la foto de cada una de las víctimas fatales, con una leyenda que decía “estas miradas y estas sonrisas vivirán por siempre en nuestros corazones”.
En otro lugar de la ciudad, en la Plaza de la República, un grupo de sobrevivientes que defiende “la inocencia” de la banda Callejeros, hizo su propio acto, desde las 19, pidiendo la libertad del grupo que encabeza Patricio Santos Fontanet. Los polos opuestos, no cruzaron sus caminos.
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