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Un oficial de la policía bonaerense mató de un disparo en la cabeza a su esposa, también integrante de la fuerza, durante una discusión, en su casa del partido de La Matanza. Luego, el hombre se disparó en la boca con la intención de suicidarse, aunque sobrevivió y quedó internado en estado de coma. De acuerdo con los datos aportados por familiares del matrimonio, Axel Riquelme tenía 35 años, y su víctima, Natalia Liva, 25. Los primeros peritajes constataron que para cometer el femicidio Riquelme utilizó su arma reglamentaria, con la que efectuó dos disparos, uno de los cuales dio de lleno en la cabeza de Liva, y la mató, mientras que el otro terminó contra una pared.

De acuerdo con fuentes policiales, tanto Riquelme como Liva se desempeñaban en el Comando de Patrullas de La Matanza, y convivían hacía tres años. Se habían casado en diciembre del año pasado y no tenían hijos.

El femicidio ocurrió en el interior de una de las tres viviendas construidas en un terreno situado en las calles Bogotá y París, de la localidad de Isidro Casanova, en La Matanza. En la casa del fondo del domicilio vivía Liva junto a Riquelme; las otras dos albergaban a otros familiares de ambos: la hermana de Riquelme vivía en una de las casas junto con su marido, el hermano de Liva, en tanto, habitaba la otra.

Según el testimonio brindado por el esposo de la hermana de Riquelme luego de cometido el femicidio, cerca de las 20 horas del martes se escuchó una serie de golpes provenientes de la casa del matrimonio de policías. Luego, contó, hubo ruido de “portazo”, que fue seguido por una discusión y, finalmente, por el sonido de tres disparos de arma de fuego. Este testigo llegó a escuchar antes de los tiros que Riquelme decía a su esposa “¡no me podés hacer eso!” y “¡no me boludees más”, explicó una fuente judicial. Después de los disparos, el mismo testigo oyó que golpearon a su puerta y al abrir observó a Riquelme con el rostro ensangrentado, fuera de sí y que casi en el acto se desvaneció delante suyo, señaló el investigador consultado.

Los familiares de Riquelme llamaron a una ambulancia, cuyo personal médico constató al llegar al lugar que Liva yacía muerta en la cocina comedor de su casa, con un disparo en la cabeza, mientras que Riquelme se encontraba malherido de un tiro en la boca que él mismo se había efectuado luego de haber baleado a su esposa.

Tras recibir los primeros auxilios, el policía fue trasladado al Hospital Simplemente Evita, conocido también como “Km 32”, de González Catán, donde ayer por la tarde permanecía internado en terapia intensiva, en coma inducido y con grave riesgo de vida ya que el balazo le atravesó el maxilar y le fracturó la base del cráneo, donde quedó alojado.

Los peritos que trabajaron en la escena del crimen constataron que Riquelme empleó en el hecho su pistola reglamentaria, una Bersa calibre 9 milímetros, que fue hallada a los pies del cuerpo de Liva. Los primeros peritajes revelaron que el hombre efectuó dos disparos contra la mujer: uno impactó en la cabeza de ésta y el otro en la pared. Fue también esa pistola la que Riquelme usó para intentar suicidarse. Cuando fue atacada, Liva estaba uniformada, porque, señalaron los investigadores, acababa de regresar de prestar servicio. Los investigadores también advirtieron y detallaron que la mujer llevaba su arma reglamentaria intacta en el cinturón, por lo que no alcanzó a defenderse con ella.