SOCIEDAD › UN HOMBRE DE 100 AÑOS MATO A SU ESPOSA ENFERMA
Ultimo acto de un amor fatal
“Un verdadero acto de amor.” Así calificó la Corte de Preston, en el norte de Inglaterra, el homicidio cometido por un hombre de 100 años, quien le cortó el cuello a su esposa, de 87, que estaba gravemente enferma. El anciano no irá a la cárcel, ya que el tribunal consideró que el hombre mató a su mujer “para que no siguiera sufriendo”. Fue condenado a pasar 12 meses en un centro de rehabilitación comunitario.
Bernard Heginbotham, un ex carnicero británico, asesinó a su esposa Ida, en momentos en que la mujer tenía problemas de salud graves, por lo que estaba alojada en una institución para ancianos en Preesall, en Lancashire, al norte de Inglaterra. La anciana fue hallada muerta por personal del geriátrico el 1º de abril último y ese mismo día Bernard fue arrestado por la policía británica en su vivienda, donde tenía planeado suicidarse, según precisó la policía inglesa.
Sin embargo, la Justicia entendió que no debe ir a prisión, tras escuchar su testimonio. Bernard, que tuvo seis hijos con la mujer, lloró al contar con detalles cómo asesinó a su esposa de un solo corte –con un cuchillo de carnicero– “porque la amaba”. A la hora de anunciar la condena, el juez Michael Leveson manifestó que Heginbotham “fue un esposo muy devoto a su mujer durante los 67 años de matrimonio”, y concluyó que la muerte de Ida “se trató de un acto de puro amor”.
“Bernard Heginbotham: la muerte de su esposa, con quien estuvo casado felizmente por 67 años, fue un acto de desesperación. Fue llevado a cabo en un intento por poner fin al sufrimiento de ella, mientras estaba bajo una presión intolerable”, recitó el juez al leer la sentencia contra el hombre, que vivía en una humilde casa de Preesall, cercana a Blackpool. El magistrado sostuvo: “No tengo dudas de que usted sufrió un trastorno de salud durante esos momentos. Es algo terrible el asesinato, pero aceptamos sus disculpas y entendemos las circunstancias. Sus sentimientos de culpa y arrepentimiento han sido verdaderamente emocionantes”. El fiscal Hilary Banks explicó que Ida Heginbotham “se volvió dependiente de su marido luego de varias caídas que sufrió. Por ello, el anciano tenía responsabilidad sobre su vida”, y estimó que “es correcto que sea juzgado”.