SOCIEDAD › CAYO UNA ARAÑA DE 75 KILOS SOBRE UN BAILARIN

Milonga, actividad de riesgo

Ocho turistas extranjeros bailaban tango en el primer piso de La Ideal, una tradicional confitería del centro porteño. Nadie le hizo caso a esa araña de caireles, que estaba en reparación en el centro del salón. Ni siquiera los dueños del local y mucho menos don Armando, un habitué de las milongas, de 76 años, que disfrutaba dando indicaciones de baile a los aprendices. La araña se desplomó sobre su humanidad desde unos tres metros de altura y le ocasionó heridas que obligaron a internarlo en terapia intensiva.
El hecho ocurrió el martes por la tarde, en el primer piso de la confitería ubicada en la calle Suipacha, a media cuadra de Corrientes. El artefacto, que tiene poco más de un metro de diámetro, un metro y medio de altura y pesa unos 75 kilos, estaba siendo reparado por un electricista porque poco antes se había registrado un cortocircuito. Habitualmente, la araña está a unos cuatro metros del piso, pero para arreglarla se la bajó a dos metros y medio, explicó a Página/12 el gerente del lugar, Jorge Vieytes.
Cuando el técnico finalizó el trabajo, comenzaron a subirla. En esa tarea estaban ocupados cuando llegó un grupo de ocho turistas a tomar clases de tango. En la confitería también estaba Armando Mosantini, un habitué de 76 años a quien, según Vieytes, “le gusta bailar y a veces colabora con los profesores” de tango que dictan clases allí.
Para no molestar a los recién llegados, los operarios decidieron suspender el trabajo hasta que terminara la clase. La araña quedó “a unos tres metros del piso”. Y para que la gente “no transitara por ese lugar, colocaron mesas debajo”, según contó el gerente. “Don Armando”, como le dicen en la confitería, estaba sentado en su mesa, observando a los aprendices. En un momento se levantó, “aparentemente para dar una indicación sobre cómo realizar un paso de baile”.
Armando se paró muy cerca de las mesas. La araña cayó sobre el cuadrado que formaban los muebles, pero su parte superior, de bronce, se inclinó y golpeó al hombre desde atrás, ocasinándole una herida en la parte posterior de la oreja. Después, el hombre cayó al piso y se cortó una ceja. “Llamamos al SAME y lo llevaron al Hospital Argerich”, explicó el gerente. Allí le hicieron las primeras curaciones y lo trasladaron a la Clínica Suizo Argentina, donde quedó en terapia intensiva. Mosantini sufrió “cortes y traumatismo de cráneo, sin pérdida de conocimiento”. Los médicos estudiaban la posibilidad de operarlo para removerle un coágulo.
La esposa del herido, Juana de Mosantini, afirmó que los médicos le dijeron que su esposo “había nacido de nuevo”. La confitería fue inaugurada en 1912, y desde entonces fue escenario de varios films, entre ellos Los chicos crecen, protagonizado por Luis Sandrini, la versión de Evita encarnada por Madonna y Tango, dirigida por Carlos Saura.
Informe: Daniela Bordón

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