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Los tres asaltantes lo dieron por hecho: en un local de Frávega ubicado en el centro de Laferrère iban a encontrar un botín apetitoso. Pero eran las 8.20 y a esa hora –con el local aún cerrado a los clientes– sólo encontraron a ocho empleados y un gerente. Para colmo, no tardó en llegar un patrullero que pidió refuerzos y los tuvo: el operativo incluyó a 200 policías, dos helicópteros que sobrevolaban el área, la Guardia de Infantería y el Grupo Halcón. Al ver ese cuadro, los asaltantes tomaron de rehenes a los empleados, a quienes no maltrataron. Cristian, uno de los ladrones fallidos, salió al aire por varias emisoras a lo largo de la mañana y evaluó sus chances, preocupado: “Voy a ir en cana a Olmos y voy a salir el día del arquero”. Tampoco lo tranquilizó el recuerdo de su novia Leyla, “la tetona más linda de Villa Luro”, a quien le había mentido diciéndole que iba a ir a buscar trabajo. “Me va a matar cuando llegue”, vaticinó. Finalmente, los rehenes fueron liberados y los tres asaltantes se entregaron a las 11.16. Todos eran mayores de edad. “Nos trataron bien, tomamos mate con tortas fritas”, confió un empleado llamado Pablo al salir. Natalia Delgado, otra de las trabajadoras, certificó que “estaban muy tranquilos y en ningún momento nos amenazaron con las armas”.