SOCIEDAD
El día en que no hubo que esperar el recreo para jugar en la escuela
Más de 400 mil alumnos de 806 escuelas porteñas dedicaron parte de la jornada de ayer a actividades recreativas. El objetivo es instalar la importancia del derecho al juego.
El primer Día del Juego en escuelas públicas porteñas –una jornada plenamente dedicada a que los niños se diviertan– se llevó a cabo ayer con el objetivo de instalar la importancia del derecho al juego. Mientras algunas instituciones optaron por realizar actividades lúdicas en los patios, las escuelas del distrito 6º se reunieron en la avenida Boedo, entre Estados Unidos y Carlos Calvo. Rayuelas, mesas de ajedrez, rondas y hasta un metegol fueron algunos de los juegos que llevaron a la vereda.
“Investigamos a qué jugaban los padres y abuelos para recordar tradiciones”, contó Marisa, maestra de 1º grado “B” de la escuela Nº 4. De este modo los chicos pudieron conocer a qué se jugaba cuando el escenario era la calle, explicó la docente, cuyos alumnos eligieron rondas tradicionales y se quedaron sin aliento de tanto cantar. El resto de los cursos se quedó compartiendo juegos en el patio del establecimiento. Para decidir quiénes salían a la calle se tuvo en cuenta la cantidad de alumnos en cada curso y de los padres que tenían la posibilidad de acompañarlos.
Algunas madres sumaron su testimonio en un afiche que preguntaba qué se sentía al momento de jugar, con respuestas como “volver a ser chicos”. Los alumnos anotaron conceptos como “diversión”, “emoción” o el más llano “me siento re bien”. A lo largo de la cuadra podían verse varias mesas de ajedrez, entre rayuelas e improvisadas pistas de patinaje.
Muchos de los chicos coparon las veredas de los bares y también jugaron sentados en los pasillos de una juguetería. Varios afiches presentaban entretenimientos de origen africano o chino, acompañados de una reseña. Los más inclinados al arte se liberaron del guardapolvo para empapar esponjas en témpera y pintar un ta-te-ti sobre un pedazo de madera.
Profesores de diferentes áreas hicieron su aporte específico: por ejemplo, podía encontrarse un metegol cuyos jugadores eran pedazos de corcho pintados de diferentes colores, producto de las clases de plástica.
La iniciativa fue organizada por el Programa de Responsabilidad Social de la Ciudad, IPA Argentina, con el auspicio de Unicef y la empresa Unilever, en el marco de una campaña para resaltar la importancia del derecho al juego. “Cada escuela pudo diseñar la jornada, algunas salieron a la calle y otras no”, explicó Roxana Perazza, secretaria de Educación. “Los papás se han sumado para ayudarlos a organizar este día y la campaña también es un mensaje porque no sólo es posible jugar en la escuela, sino también en la calle o en la casa”, añadió, y explicó que la idea es “darle continuidad” a la iniciativa.
Los organizadores explicaron que se eligió un 27 de septiembre porque en esa misma fecha, pero en 1990, en la Argentina se aprobó la Convención de los Derechos del Niño, que cuatro años más tarde era incorporada a la Constitución Nacional. La campaña tiene como fin instalar la temática del derecho al juego en la agenda pública, para sensibilizar a la comunidad. Se estima que de la jornada de ayer participaron unos cuatrocientos mil chicos de 806 escuelas de nivel inicial, primario y especial.