SOCIEDAD › PIDEN JUICIO POLITICO AL JUEZ TRAS EL CRIMEN DE NUÑEZ
“Fue una muerte anunciada”
Las Madres del Dolor pidieron a Aníbal Fernández que impulsara el juicio político del juez que dejó libre al acusado de la violación y asesinato en Núñez. El hombre se declaró inocente.
Lo recuerda, dice, por los más mínimos detalles. La nena que el sábado fue abusada en su departamento del barrio de Núñez reconoció ayer al hombre que además mató a su madre a puñaladas mientras ella estaba encerrada en un ropero. Así lo aseguró Silvina Calvo, la hermana mayor de la nena, cuando salió de visitarla en el Hospital Pirovano. Mientras tanto, a la misma hora, en la fiscalía de Saavedra, Claudio Adrián Alvarez, el acusado, detenido desde el sábado al mediodía, les dijo a los investigadores que es inocente y que a las tres de la mañana, cuando comenzó el sangriento ataque a la niña y su mamá, él estaba durmiendo lejos de allí, en la casa de su propia madre. El caso ya llegó a la política: el ministro del Interior, Aníbal Fernández, salió a cuestionar al juez que había liberado a Alvarez tras una acusación de intento de abuso a otra joven del barrio. Para terminar de sentar posición, se reunió con las Madres del Dolor –que pidieron el juicio político del juez Gabriel Ghirlanda– por la tarde y pidió justicia por el crimen.
Claudio Alvarez, conocido como Toto, declaró en la indagatoria ante el fiscal Marcelo Martínez Burgos. Las fuentes judiciales aseguraron ayer que presentó pruebas “contundentes” de que no estaba en su casa, un departamento lindero con el de las víctimas en la calle 11 de Septiembre al 3500. Alvarez continuará detenido para ser sometido a pericias de ADN. Su situación es complicada: por un lado la nena dice “con una tranquilidad pasmosa” que fue él quien entró a su casa y se lanzó contra su madre la madrugada del viernes. Ellas ya lo conocían de cerca. Convivían con la paranoia como con el aire. Su vecina y amiga, Isabel Yaconis, madre de la adolescente asesinada y violada hace casi tres años en Núñez, se los había señalado hacía meses.
Sucede que en agosto hubo un hecho que ahora se vuelve más siniestro a la luz del reciente crimen de Elsa y la violación de su hija: el mismo hombre atacó a una mujer del barrio que vive sola, al entrar a su edificio. Según contó a Página/12 Isabel Yaconis, en esa oportunidad hubo un forcejeo fuerte con la joven agredida. El atacante la encerró en un ascensor. Varias veces subió y bajó con ella los 19 pisos del edificio mientras le golpeaba la cabeza contra las paredes del elevador. “Creí que me estallaba la cabeza”, dijo la chica en su declaración ante el juez Gabriel Ghirlanda. Finalmente, el hombre negoció con la muchacha una salida al “apriete”, ya que estaba cerca el portero del edificio. Pero cuando se libró de él le pidió a un vecino que iba en moto que lo siguiera. Fue así como Alvarez fue a dar al despacho de Ghirlanda, pero el juez, que ayer se negó a través de su secretaria a hablar con este diario, prefirió dejarlo en libertad porque no consideró probado el intento de violación: lo procesó por intento de robo.
Ese fue el tema central de la reunión que las Madres del Dolor mantuvieron con el ministro del Interior. Le pidieron el juicio político a Ghirlanda. La bronca de las mujeres se había desatado el sábado por la tarde, cuando acompañadas de otros vecinos abuchearon a la policía que se llevaba el cuerpo de Elsa del departamento. Algunos golpearon el coche y lograron destruirle la luneta. Pero ayer las quejas se desviaron de la policía y se concentraron en Ghirlanda. “El ministro está de acuerdo con lo que vamos a hacer, que es denunciarlo ante un jury para que se haga cargo –le contó ayer a Página/12 Silvia Irigaray, de Madres del Dolor–. Es una muerte anunciada que duele mucho. El ministro recuerda cuando nosotros le trajimos la denuncia de la chica y del travesti atacado por este mismo hombre.”
Ese hombre es el mismo que ayer se mostró tranquilo ante el juez y el fiscal cuando declaró que el viernes salió de su trabajo en una empresa de matafuegos y se fue a la casa de su madre a dormir. Con el mismo talante, el acusado le pidió al fiscal que le practicaran un análisis de ADN para demostrar su inocencia. La policía había informado por la mañana que en el departamento de Alvarez encontró un par de zapatillas en remojo y algunas manchas pequeñas de sangre mezcladas con agua, detectadas en una pileta.Alvarez dijo que las zapatillas halladas en su casa en remojo no son las propias, porque son más chicas. Fuentes judiciales admitieron que eso era cierto. Pero el acusado sigue en prisión a la espera de que se produzcan más pruebas.