La afición por las armas llevó a la perdición a un militar y a un policía, ambos de bajo rango, que además de utilizarlas para su trabajo las acopiaban con el presunto fin de alquilarlas a delincuentes para cometer ilícitos. Ambos fueron detenidos ayer en Córdoba, luego de secuestrarse en su poder armamento de grueso calibre.

Aparentemente, algunas de esas armas habrían sido utilizadas en resonantes asaltos cometidos en los últimos tiempos, como el del Banco Nación de Unquillo, a 25 kilómetros de la capital provincial, y a blindados transportadores de caudales.

El armamento hallado estaba en el domicilio del policía detenido y de un sargento del Ejército. En al menos dos allanamientos, además de las armas, algunas consideradas de guerra, y numerosos proyectiles, se encontraron granadas del FMK2 y chalecos antibala, dijeron las fuentes.

Los responsables del presunto negocio de renta de armas para el delito son un sargento mecánico armero del Ejército y un cabo primero de la policía provincial que, según se confirmó, fueron detenidos, aunque no se revelaron sus identidades.

El militar recuperó la libertad pero el policía, que prestaba servicio en la comisaría quinta de Córdoba, por el momento, se encuentra detenido por el supuesto delito de posesión de picadura de marihuana.

En tanto, la jefatura del Estado Mayor General del Ejército ordenó la instrucción de las actuaciones de justicia militar y el pase a disponibilidad inmediata del suboficial acusado.