En Tartagal viven alrededor de 76 mil habitantes y 10 mil de ellos reciben el Plan Jefas y Jefes de Hogar. La pobreza y las necesidades insatisfechas, que ahogan a la mitad de la población, emergieron igual que las aguas que desbordaron los márgenes del río. En ese contexto, vecinos de la zona, donde ya hay 454 evacuados, reclamaron al municipio la entrega inmediata de alimentos y víveres enviados desde Nación. El clima, en tanto, no da tregua: las lloviznas continuarán durante el fin de semana, y si avanza la erosión, el puente carretero podría caerse. El gobernador y ambientalistas polemizan sobre las causas de este desastre.

El jueves, cientos de vecinos se dirigieron al Centro Municipal de Capacitación de la localidad de Tartagal, donde exigieron la entrega de la mercadería. El intendente local, Darío Valenzuela, explicó a Página/12 que en la zona “hay muchas necesidades y todos los que están en situación crítica, desde antes del desborde, quieren recibir ayuda y la que llega es para los más afectados por el agua. Entonces se dio una situación de mucha tensión”. El secretario de Gobierno, Carlos Corte, comentó a este diario que “el sistema de reparto de mercadería se efectúa después de un relevamiento”. Luego del episodio, se empezaron a repartir bolsones de alimentos a unas 700 personas que habían reclamado el día anterior en el municipio.

Para José Barraza, concejal del Polo Obrero, “la situación se originó a partir de una mala organización, pues la ayuda es insuficiente y ésta es una zona con alto índice de NBI”. Lo que pasó es que “hubo gente que recibió dos veces colchones y otra ninguna. Dicen que hicieron un relevamiento, pero no hay coordinación”.

Respecto del puente carretero, Valenzuela estimó que “se corre riesgo de que caiga si se erosiona la canalización. Ya se cayeron un par de placas de hormigón cercanas. Por eso se trabaja con máquinas viales, haciendo aportes de material detrás de la cascada”. El intendente aclaró que “según la Constitución provincial y el Código Civil, las cuencas hídricas son responsabilidad de la Nación y la provincia”.

Respecto de las causas del desastre, el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, señaló que “el tema ambiental es muy atractivo para hablar y conseguir rating”. Y agregó que “desde Tartagal y el río Seco hacia el Oeste, de donde vienen las aguas, no hay una hectárea desmontada. Los desmontes están de la Ruta 34 hacia el Este”, y sentenció que “culpar de esto a la explotación petrolera y a los desmontes es caer en una precisión errónea”.

En este sentido, también opinaron especialistas. Para uno de los vicepresidentes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, Osvaldo Canziani, en los últimos 50 años “la energía disponible en el mar y en la atmósfera por causa del efecto invernadero deviene en precipitaciones más intensas y el proceso se exacerba en esta época de lluvias en la región”, precisó. Canziani también apuntó a la destrucción del bosque nativo, por el avance de los monocultivos de soja y la explotación maderera, como el otro pilote donde se asienta la raíz del problema. En tanto, desde Greenpeace coincidieron en señalar a la deforestación como una de las causas principales del desborde en Tartagal.