Alberto, la primera tormenta tropical de la temporada ciclónica 2006, castigó el occidente de Cuba, donde se han registrado fuertes lluvias, desbordamiento de ríos e inundaciones. A punto de convertirse en huracán, Alberto se consolida frente a la costa oeste de Florida, con vientos que alcanzaron los 112 kilómetros por hora. Más de 25.000 personas han sido evacuadas en la provincia cubana de Pinar del Río, y en la zona de Nueva Paz, a 70 kilómetros de La Habana, un tornado afectó el domingo 52 viviendas y dejó ocho personas heridas, según fuentes de la defensa civil.

Alberto se formó el sábado en el golfo de México, con vientos máximos de 75 kilómetros por hora. El lunes se alejaba de Cuba en dirección a la Florida, pero las autoridades de la isla advirtieron que todavía las fuertes precipitaciones se harán sentir en la región occidental. En poblados de Pinar del Río como Río Seco o Sumidero, los acumulados de lluvia en 24 horas superaron los 400 milímetros. En esta provincia, alrededor de 35.000 estudiantes internados fueron trasladados a sus domicilios.

En varios puntos de este territorio la crecida de los ríos ha cortado las comunicaciones y hay cultivos bajo el agua. Algunas localidades han permanecido durante más de 12 horas sin servicio eléctrico. Desde el sábado, en Pinar del Río rige la fase de alerta ciclónica y las personas que habitan en lugares bajos fueron evacuadas. Cuatro brigadas médicas quirúrgicas fueron desplazadas a las zonas más castigadas por las lluvias y todos los hospitales de la provincia fueron puestos en alerta.

Dos semanas antes de la tormenta tropical Alberto, persistentes lluvias afectaron todo el territorio de Cuba, provocando siete muertos en La Habana y dos en el oriente del país. El sistema cubano de prevención de ciclones consta de cuatro fases: informativa, alerta, alarma y recuperación. En Isla de la Juventud, municipio especial al sur de La Habana, donde rige la fase informativa, fueron suspendidos los transportes marítimos y aéreos.

Ayer, Alberto estaba localizado a unos 600 kilómetros al oeste de Cayo Hueso y se desplazaba con dirección noroeste a cerca de 11 kilómetros por hora. El pronóstico es que se dirigirá al centro o norte de la Florida, donde podría tocar tierra mañana miércoles. Los científicos pronostican que la temporada de huracanes en el Atlántico –entre el 1º de junio y el 30 de noviembre– será este año bastante activa, con un promedio de 16 tormentas tropicales, seis de las cuales se convertirían en huracanes. La temporada del año pasado fue la más activa y destructiva de las que se tenga registro, con 28 tormentas con nombre y una marca histórica de 15 huracanes.

* De El País de Madrid. Especial para para Página/12.