Un llamado a la familia del concesionario Luis Orsomarso, secuestrado desde el jueves último en Ituzaingó, permitió tranquilizar en parte los temores sobre la suerte corrida por la víctima. Por otro lado, fuentes judiciales confirmaron que se trata de un secuestro extorsivo y por ese motivo el caso pasó de la Justicia ordinaria a la federal. Rafael, un amigo de Orsomarso, recibió el primer llamado en el que los secuestradores exigieron 500 mil pesos de rescate. Ese llamado generó dudas porque se realizó a 24 horas del secuestro, fue difundido públicamente y los familiares dieron a conocer sus teléfonos. Pero el nuevo llamado confirmó que se trataba de un secuestro y que los captores eran los que habían llamado previamente y tenían en su poder al concesionario. De todos modos, los investigadores se plantean muchas dudas sobre los motivos del secuestro.