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Un obispo argentino y trucho, en plan de ordenar 30 sacerdotisas

En la cubierta de un buque que en ese momento estará navegando por el Danubio, tres supuestos “obispos” católicos, desacreditados por el Vaticano, ordenarán como sacerdotisas a diez mujeres, contrariando las reglas romanas y con el propósito de “protestar contra una iglesia dominada por varones que discrimina a las mujeres”. Como era de esperar, entre los obispos blasfemos hay un argentino, supuestamente exonerado en la década del setenta, llamado Rómulo Braschi, de 61 años, que se proclama “arzobispo de Munich, Zurich, Buenos Aires y Salvador de Bahía”. Braschi es fundador de un grupo que se autodenomina Iglesia Carismática Católicoapostólica y que actúa en distintos países europeos.
La ceremonia a bordo fue desautorizada por el arzobispo de Viena, Christoph Schoenborn, quien recordó por las dudas que el Vaticano prohíbe convertir a las mujeres en sacerdote. Schoenborn aseguró que Braschi fue exonerado por la iglesia argentina, pero una consulta realizada por Página/12 en la agencia católica AICA, dio como resultado que el falso obispo “no figura en los archivos” de la entidad.
Los organizadores del acto pagano explicaron que las candidatas a sacerdotisas recibieron un curso de tres años y ahora serán ordenadas “con el apoyo de obispos católico-romanos”. El anuncio provocó un gran escándalo tanto en Suiza como en Alemania, donde jerarcas de la iglesia y algunas organizaciones católicas han criticado la ceremonia.
Braschi también es cuestionado porque, según la iglesia oficial, fue “consagrado” obispo por otros dos colegas igualmente excomulgados, el “obispo” brasileño Roberto Garrido Padin y el “arzobispo” Hillarios Ungerer, de la “Iglesia Católica Libre”. La portavoz de las aspirantes a sacerdotisas, la austríaca Christine Mayr-Lumetzberger, explicó que, tras la consagración, actuarán en una especie de “diócesis virtual”, ofreciendo sus servicios a quienes los soliciten.
Los organizadores admitieron que es posible que con el acto “se violen reglamentos eclesiásticos”, pero aseguraron que “son reglamentos de la disciplina, no de la fe”. Actuó como portavoz Christine Mayr-Lumetzberger, una ex monja que tras abandonar los hábitos se casó y ahora trabaja como maestra. El vapor donde se hará la ceremonia navegará hoy por el curso austríaco del Danubio. Los periodistas podrán cubrir el acontecimiento, pagando la módica suma de cien euros. Los organizadores dijeron que ya aportaron unos 30 hombres de prensa y que eso permitirá amortizar parte de los gastos de la ceremonia, que costará 10.000 euros. El barco llegará por la tarde a la ciudad austríaca de Linz, donde habrá una conferencia de prensa para los que hayan decidido ahorrarse los cien euros.

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