Martes, 8 de agosto de 2006 | Hoy
SOCIEDAD › DOS MUERTOS EN UNA NUEVA OLA DE ATAQUES EN SAN PABLO
Decenas de autos, comisarías, bancos, estaciones de servicio y subtes fueron atacados por el comando de presos que ya actuó en dos oportunidades. La ciudad quedó paralizada por el miedo.
La violencia volvió a San Pablo: en la madrugada de ayer, el comando carcelario que reclama mejoras en sus condiciones de detención lanzó su tercera ola de atentados. La ofensiva criminal incluyó más de 50 ataques contra edificios públicos, patrulleros, autos, ómnibus, subtes, supermercados, bancos y estaciones de servicio. Dos presuntos atacantes murieron baleados por la policía. El más rico e industrial estado brasileño quedó paralizado de nuevo por el terror.
Los principales atentados ocurrieron contra el edificio del Ministerio Público (fiscalía) del Estado, en el centro de la capital paulista, donde estalló una potente bomba de fabricación casera; y contra un estacionamiento policial, donde fueron incendiados cinco coches.
Además fueron incendiados al menos 23 ómnibus y un trolebús. También fueron atacados el edificio de la Secretaría de Hacienda del estado de San Pablo, 15 agencias bancarias, dos supermercados, tres estaciones del tren subterráneo metropolitano y tres estaciones de servicio en diversas localidades paulistas.
Dos empresas de colectivos que actúan en la zona este de San Pablo –la mayor urbe sudamericana– anunciaron la suspensión de servicios debido a amenazas telefónicas de que incendiarían sus vehículos si entraban en circulación. El servicio de trolebuses quedó interrumpido porque la red de alimentación eléctrica fue perjudicada por el incendio de un trolebús.
El saldo preliminar de los atentados divulgado por la Secretaría de Seguridad contabilizó dos muertos en un tiroteo con la policía tras un intento de atentado contra una estación de servicio, cinco heridos y dos detenidos. Uno de los heridos recibió de la policía un disparo en la cabeza. Otros dos se lesionaron por la explosión de un artefacto casero lanzado contra un local bancario y dos más por los vidrios de una puerta quebrada durante un atentado contra un supermercado.
“El interés del Primer Comando de la Capital, PCC, es fragilizar al Estado y hacer que los principales líderes de esa organización, actualmente presos en condiciones rigurosas de seguridad, obtengan algunos beneficios”, consideró Walter Maierovitch, presidente del Instituto criminalístico Giovanni Falcone. La supuesta cancelación del indulto a miles de presos el Día de los Padres, que se celebra el domingo próximo, fue descartada como motivo de los ataques, porque la Secretaría de Administración Penitenciaria (SAP) confirmó que los reclusos beneficiados comenzarán a salir el jueves.
El fiscal de San Pablo, Rodrigo Pinho, afirmó –tras el violento ataque a la sede de la Fiscalía– que la ofensiva fue lanzada en respuesta al hecho de que el líder del PCC, Marcos Camacho, alias Marcola, fue acusado de ordenar el asesinato de un bombero en la ola de atentados de mayo.
La ofensiva de ayer fue la tercera presuntamente lanzada por el PCC en el estado de San Pablo, de 42 millones de habitantes, y que cuenta con una red de 144 presidios donde se alojan más de 150 mil presos.
La primera, del 12 al 19 de mayo, se saldó con más de 170 muertos, decenas de rebeliones carcelarias y cientos de atentados. En la segunda, del 11 al 14 de julio, hubo nueve muertos y 100 atentados contra objetivos policiales y civiles.
“El PCC está demostrando que actúa con táctica guerrillera, ataca primero y desaparece después, en un intento de desmoralizar al Estado, que ha demostrado su ineficiencia y falta de preparación”, señaló Maierovitch.
El ministro de Justicia, Marcio Thomaz Bastos, advirtió en San Pablo que “si hubiéramos tenido el ejército en operación aquí, su efecto de disuasión hubiera sido muy grande”. El gobierno federal puso al ejército a disposición del gobierno del estado de San Pablo en mayo, pero las autoridades paulistas rechazaron la ayuda, lo que es atribuido a intereses electorales, ya que el ex gobernador de San Pablo (apoyado por el actual gobernador) Geraldo Alckmin le pelea la presidencia al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, favorito a la reelección.Maierovitch opinó que el ejército debe estar en las calles de San Pablo durante las elecciones del 1º de octubre, porque circula la versión de que el PCC “atacará ese día para causar una gran conmoción nacional”.
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