Al menos veintitrés personas murieron y otras diez resultaron heridas de gravedad en Alemania por el accidente de un tren de propulsión electromagnética en un trayecto de pruebas. El accidente se produjo cuando el tren de alta velocidad conocido como Transrapid chocó a casi 200 kilómetros por hora contra un vagón de mantenimiento en un tramo situado entre las localidades de Lathen y Melstrup, en Baja Sajonia, en el norte del país.

Según la policía, a bordo del tren se encontraban empleados de una compañía eléctrica alemana que estaban de visita en las instalaciones y trabajadores del trayecto de pruebas acompañados de familiares. “Como han perdido la vida muchos padres y madres de familia, estableceremos un fondo de ayuda”, dijo el primer ministro del estado federado de Baja Sajonia, Christian Wulff.

El Transrapid es un tren de fabricación alemana que levita sobre la vía gracias a electroimanes y que puede llegar a alcanzar velocidades de hasta 450 kilómetros por hora. Funciona sin maquinista y, pese a que las autoridades alemanas lo consideran uno de los productos tecnológicos más innovadores del país, sus elevados costos han llevado a que hasta ahora sólo se haya instalado una única línea comercial.

Las tareas de rescate transcurrieron con lentitud, ya que la carrocería sufrió fuertes daños y la vía se encuentra sobre pilares de hormigón de cinco metros de altura, lo que dificultaba el acceso del personal. Tras la noticia, la canciller Angela Merkel viajó al lugar. Por el momento se desconocen las causas del accidente, aunque la compañía operadora del trayecto de pruebas y la fiscalía de Osnabrueck suponen que se trató de un error humano, posiblemente unido a una avería técnica, por ejemplo en el sistema de radio.