Domingo, 24 de diciembre de 2006 | Hoy
SOCIEDAD › PERICIAS SOBRE EL ASESINATO DE NORA DALMASSO
El hombre que mantuvo relaciones con la víctima tenía los pantalones puestos o a medio bajar. Esta semana se sabrá si se recupera el ADN de un pelo encontrado en la habitación. La entrada consentida o por la fuerza.
Por Raúl Kollmann
El asesino de Nora Dalmasso tenía los pantalones puestos o a medio poner cuando mantuvo con ella la relación sexual. El dato surge de un nuevo análisis hecho de la autopsia de la mujer y será incorporado el martes en el expediente. También existe convicción entre los fiscales de que la mujer ya estaba en la cama cuando el individuo entró en la casa. Si era un amante –como creen en su mayoría los fiscales–, lo más probable es que ella le haya dejado la puerta abierta. De lo contrario, si se trató de la violación perpetrada por alguien que conocía a Norita, como un vecino, el hijo de un vecino o un empleado –la opinión no excluyente que prevalece en varios criminalistas como Raúl Torre–, el hombre se coló en la casa, la amenazó con un cuchillo o un arma, la violó y terminó matándola porque ella lo hubiera denunciado. Esta misma semana hay muchas posibilidades de que el Ceprocor, instituto cordobés encargado de los estudios genéticos del caso, entregue los resultados del estudio de ADN hecho sobre el pelo encontrado en la habitación. No está claro si de esos pelos saldrá o no el perfil genético, pero especialistas consultados por este diario, que confían plenamente en el Ceprocor, creen que es muy posible que al menos se pueda determinar el perfil genético proveniente de la madre del homicida.
La autopsia y todos los elementos científicos que existen en la causa fueron revisados por dos conocidísimos y reconocidos forenses cordobeses, Mario Vignolo y Ricardo Cacciaguerra. Ambos coincidieron en que el trabajo realizado en la autopsia fue correcto. De uno de los informes, surge claramente que el hombre que mantuvo la relación sexual con Dalmasso tenía los pantalones puestos o puestos a medias, aunque la evidencia que lleva a esta conclusión les será expuesta a los fiscales y se le pidió a Página/12 reserva sobre ese elemento probatorio.
Respecto del trabajo del Ceprocor, el fiscal Javier Di Santo le dijo a este diario que “en principio, nos prometieron un resultado para antes de fin de año, es decir la semana que está a punto de empezar”. Las conclusiones pueden ser tres:
- Si el pelo tenía bulbo se podrá obtener el perfil genético nuclear, es decir completo.
- Si no hay bulbo en el pelo, pero está en condiciones de ser estudiado, se obtendrá lo que se llama ADN mitocondrial, que no es completo, pero permite definir el perfil genético que viene del lado materno. Sería suficiente para determinar si pertenece o no a un sospechoso al que se le extrajo sangre.
- También podría ocurrir que no haya resultado alguno, producto de que todo el pelo encontrado pertenezca a la víctima o que no es apto para el estudio genético.
Como ya se sabe, el informe toxicológico fue adelantado a los fiscales el viernes e indica que Dalmasso no tiene concentraciones elevadas de alcohol, medicamentos o drogas en sangre.
Las cartas
Durante los últimos días se habló de la existencia de dos cartas. La realidad es que para los fiscales no tienen la menor credibilidad, como tampoco la tiene el mail enviado por una vidente.
La primera carta, manuscrita, menciona que Nora estuvo en una fiesta de casamiento que se realizó en el Villa Golf Club. Los fiscales ya tienen estudiado hasta el cansancio, minuto a minuto, lo que la víctima hizo esa noche y concuerdan en que “no dan los tiempos” para que haya estado en la fiesta. Además, no hay un solo testigo que acredite esa presencia allí.
La segunda carta, más extensa, es discriminatoria. Sostiene, sin prueba alguna, que el asesino es uno de los trabajadores que realizaba las reformas en la casa de los Macarrón. Se refiere a los obreros-empleados como “esos negros”.
El mail de la vidente también hacía referencia a un lugar en el que estuvo Nora, pero que también está comprobado que no es cierto.
Las mayores expectativas están ahora puestas en el entrecruzamiento de las llamadas telefónicas, un trabajo que resultó decisivo en causas resonantes como el caso Cabezas o el robo al Banco Río de Acasusso. El Puntal Digital, diario de Río Cuarto, señaló ayer que también está en marcha un profundo trabajo de campo en el que varios equipos policiales están haciendo una investigación sobre tres sospechosos.
Con este cuadro de situación, el caso Dalmasso plantea varias preguntas:
Según coinciden fiscales y forenses, es casi seguro que Norita estuvo ya desvestida e incluso en la cama cuando ingresó el homicida en la casa. Esto surge de que ya se había sacado el maquillaje, algo que sólo hacía para irse a dormir. También lo sugiere el hecho de que todo la ropa estuviera prolijamente doblada e incluso también la bata se encontraba al pie de la cama.
La mayoría de los fiscales e investigadores que están en el caso creen que el autor fue un amante o ex amante y que es muy probable que ella le haya dejado abierta la puerta para que entrase.
Imaginan una relación sexual que fue consentida o semiconsentida. “Ella puede haberse resistido, diciéndole, por ejemplo, ‘son las tres de la mañana’, ‘ahora no porque estás borracho’ o lo que fuera, y el sujeto de todas maneras siguió adelante.” Los forenses verificaron que ella tiene lesiones producto de brusquedades. En la vagina y en el ano, donde tiene una fisura llamada ‘en hora doce’, que es en la parte de arriba del ano y que es típica de las violaciones, pero que podría provenir de una relación semiconsentida. También tiene rastros de dientes en un pecho y en el cuello, lo que –según la óptica de los que sostienen ésta hipótesis– evidencia sexo duro. “Yo diría que hay una cuota de sadismo”, apuntó un forense.
Sin embargo, lo que más convence a esa mayoría de los investigadores es que no hay rastros de pelea en la habitación ni lesiones en las piernas producto de que el hombre se las haya abierto forzadamente. También habría que agregar que el homicida se llevó dos celulares, lo que indica que tal vez en ellos se almacenara una llamada, una foto o un mensaje incriminatorio.
El drama –según ésta hipótesis– se habría desatado al final o durante la relación. Podría ser que justo en ese momento llegó el mensaje de texto romántico que le envió a Norita el contador Guillermo Albarracín desde Punta del Este o que simplemente Dalmasso le haya hecho un comentario ofensivo al homicida, del estilo de “sos poco hombre” o “no te quiero ver nunca más”. Enfurecido, el sujeto la estranguló.
3 ¿Está descartada la violación?
De ninguna manera. Entre los fiscales prima la idea del sexo consentido o semiconsentido y el drama pasional, pero, consultado por Página/12, el fiscal Marcelo Holgado señaló que “para nada está descartada la hipótesis de la violación. Sería cerrarnos a una vertiente sobre la que hay varios elementos”. Las lesiones vaginales y anales perfectamente pueden encuadrarse también en una relación no consentida. El dato de que el sujeto no terminó de sacarse los pantalones podría apuntar en la misma dirección. Los forenses han dicho que uno de los nudos en la garganta podría haber producido un desvanecimiento, lo que explicaría la falta de rastros de defensa. El hecho de que la ropa esté ordenada se explicaría porque ella ya se había ido a la cama. También la falta de maquillaje indica –según lo ha dicho su esposo, Marcelo Macarrón– que ella no esperaba a nadie.
En esta hipótesis, no se hablaría, en principio, de un violador serial o de un desconocido. Más bien las cosas apuntarían a alguien que la venía observando, se fue excitando y la esperó esa madrugada, ya dentro de la casa o sabiendo cómo entrar. Raúl Torre, profesor universitario de criminalística y autor de numerosos libros en la materia, sostiene que en decenas de casos, ante la amenaza de un arma de fuego o de un cuchillo, la mujer se queda quieta y “hemos visto muchísimas autopsias de casos de violación seguida de muerte en la que no hay rastros defensivos. Esta hipótesis no se puede descartar. Es más, el estrangulamiento es típico de la violación. Si acá hubiera cuchilladas, me inclinaría más por el crimen pasional”.
Por supuesto que cada hipótesis tiene ganadores y perdedores. Si se apunta a la violación perpetrada por un empleado o vecino de los Macarrón, se alivia la presión y la mirada respecto de ese círculo de amigos y de hombres que tal vez –y no está acreditado en la causa, salvo el caso del contador Albarracín– mantuvieron una relación con Dalmasso. Si se investiga sólo el crimen pasional, existe el peligro de que la pesquisa se termine agotando sin resultados. Del entrecruzamiento inicial de llamadas, todavía no habría surgido un sospechoso claro; lo que llama la atención si es que todo se circunscribe a un amante. Está claro que, de todas maneras, para los fiscales esta hipótesis es la primera opción y parecen concentrar sus esfuerzos en esa alternativa.
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