Algunos hablan de que tal vez las próximas elecciones los encuentren a “cada uno por su lado”; otros sostienen que al final va a primar “la unidad partidaria”. Es la muestra de que el socialismo porteño tiene hoy una interna bastante parecida a la de varias fuerzas políticas. La mayoría de los socialistas de la Ciudad de Buenos Aires aparecen subidos al barco de Jorge Telerman, pero están divididos entre sí y disputan el control de la interlocución con el jefe de Gobierno. Están también los que siguen fieles a Aníbal Ibarra y aportan a su nuevo armado político. A río revuelto, desde el kirchnerismo tratan de sacar provecho de la situación.

Los socialistas porteños son socios del gobierno local de turno desde hace años: entraron a la gestión a partir de la conformación de la Alianza, en la época en que Fernando de la Rúa mandaba en la ciudad, y siguieron en la administración de Ibarra. Telerman los mantuvo, pero a diferencia de su destituido antecesor cambió el modo de la relación: al llegar al poder, convocó a Roy Cortina y a Norberto La Porta y les propuso formalmente sellar un acuerdo “institucional” con el Partido Socialista. La expresión de ese acuerdo fue la designación de Cortina –a su vez presidente del socialismo– como ministro de Descentralización, y de varios socialistas más en diferentes áreas de su gobierno.

Cortina es el referente de un sector del socialismo que tiene amplia mayoría con respecto a los demás que conviven dentro del partido. La sigue en importancia la línea liderada por La Porta, cuya principal fuerza radica en la imagen que tiene entre los porteños. El mapa partidario lo completan los grupos del ex diputado Héctor Polino, el que tiene por referentes a Clori Yelicic y Nito Martini y el que conduce Raúl Puy.

Salvo Puy, todos los demás se muestran más o menos alineados con Telerman. “Sintetiza y expresa al centroizquierda. Tiene un proyecto para la ciudad y su candidatura no se construye desde la imposición del Frente para la Victoria y el kirchnerismo, sino sobre una plataforma más amplia del progresismo”, remarcó Cortina a Página/12. “Tengo muy buena relación con Telerman. Somos parte de su gobierno y es muy factible que acompañemos su postulación”, apuntó La Porta.

Pero no todos los socialistas apoyan a Telerman desde el mismo lugar y eso es motivo de división: Cortina tiene vínculo directo con el jefe de Gobierno y dialoga en nombre del partido, mientras que La Porta y Martini integran Foro Porteño. Se trata de un grupo de funcionarios y dirigentes que vienen de la gestión ibarrista –cuyo referente es Raúl Fernández–, que se propone como la pata progresista del armado que está articulando el jefe de Gobierno para presentarse a las próximas elecciones.

“Yo creo en un partido y La Porta piensa en construir alrededor de su figura. El socialismo tiene una posibilidad de liderar al centroizquierda en la ciudad y no necesita ser esponsoreado por nadie”, explicó Cortina. También advirtió que “tanto Ibarra, como Fernández y el gobierno nacional, están jugando a descomponer al socialismo y convertirlo en personas, para usarlo como siempre han hecho.”

El enojo de Cortina con Ibarra no está dado sólo por la adhesión de Puy a su proyecto político, sino por el diálogo que tiene también con La Porta. La idea de Ibarra es armar una lista propia para presentarse a legislador y en una conversación que mantuvo con La Porta tiempo atrás le propuso que lo acompañara en su cruzada como candidato a jefe de Gobierno.

La Porta también recibió ofrecimientos de parte de Telerman: hace un par de semanas el jefe de Gobierno lo visitó en su casa y le habló de que fuese su compañero de fórmula. La cosa quedó ahí, pero el último jueves el legislador fue una de las figuras del acto que armó Foro Porteño para anunciar que acompañará a Telerman. A pesar de ser un ferviente adherente a la postulación del jefe de Gobierno, quien allí vaticinó que será una “aplanadora” en las próximas elecciones, Cortina no estuvo presente.

El kirchnerismo trata de capitalizar la interna socialista y tienta a dirigentes de ese partido para que se incorporen a sus filas. Es el caso de Fernando Finvarb, a quien el titular de la Superintendencia de Servicios de Salud, Héctor Cappacioli, acaba de sumar a su gestión. “Telerman dice que los socialistas están con él, pero no es así”, subrayan ante cada incorporación los kirchneristas porteños que ahora trabajan en la instalación de la candidatura de Daniel Filmus.

“A Finvarb lo vamos a llevar al tribunal de disciplina del partido y lo vamos a echar por haber aceptado el cargo”, anticipó Cortina. Desde la conducción del socialismo también se dice que detrás de Puy y su sociedad con Ibarra está el kirchnerismo.

Puy responde con munición gruesa: “Cortina me vino a ver en febrero para decirme que Ibarra se caía y que había pactado con Telerman para que siguiéramos en el gobierno. A cambio de eso pedía la presidencia del partido, pero no estábamos de acuerdo con que fuera presidente del socialismo y como miembros de la gestión de Ibarra rechazamos diversas actitudes que tuvo Telerman durante el proceso que terminó con su destitución”.

El ex vicejefe de Gabinete de Ibarra impugnó las elecciones partidarias que consagraron a Cortina en la presidencia del socialismo. La Justicia le dio la razón y ordenó que se hicieran de nuevo. La nueva convocatoria es para el próximo 11 de febrero y el plazo para presentar listas vence el 3 de enero. Cortina fue el único que hasta ahora oficializó candidatos en nombre de Nueva Mayoría Socialista. Referentes de todos los demás sectores hicieron hace un par de semanas un llamado a la unidad en una cena en la que estuvo el titular del partido en el plano nacional, Rubén Giustiniani. Un ingrediente adicional para una interna ya de por sí agitada.