La declaración de los médicos que atendían a Florencia Rombolá, antes de su muerte, echaron por tierra el argumento central de la defensa de los acusados de la muerte de la chiquita de 9 años, ahogada en la pileta de Megatlón 2000-All Boys el 12 de febrero de 2001. Según sus declaraciones, Florencia estaba perfectamente sana, la intervención quirúrgica a la que había sido sometida tiempo antes ya había sido superada, y no tenía contraindicaciones para nadar. La defensa intenta demostrar que la pequeña sufría de un mal que la aquejaba y que murió por ese motivo y luego su cuerpo se hundió.

A su vez, los médicos de emergencia que intentaron resucitar a Florencia al llegar al club declararon ayer por la mañana que cuando se presentaron en el lugar encontraron a la niña al costado de la pileta y que en ese momento ya “no presentaba signos vitales”.

Para el abogado de la querella, Alejo Ramos Padilla, “no quedan dudas sobre la muerte por asfixia por sumersión”. El letrado sostuvo que con los testimonios quedó descartada la estrategia defensista de “querer ‘enfermar’ a Florencia, para eludir responsabilidades”.

Es fundamental, en el transcurso del caso, lo declarado por los peritos que realizaron la autopsia y que declararon que los pulmones de la niña, especialmente el derecho, estaban inflados por la cantidad de agua que tenían dentro, inclusive el derecho había triplicado su tamaño y su peso original. En la pericia se interpreta esto como que la pequeña primero se hundió por algún motivo y luego intentó respirar desesperadamente durante unos minutos, llenando sus pulmones de agua hasta la muerte. El dato corrobora la acusación de la querella y desmorona los argumentos de la defensa, que pretende impulsar la idea de que la chiquita estaba enferma y murió por esa causa y no por ahogamiento. De ser así, el caso se reduciría como máximo a negligencia, ni siquiera homicidio culposo, ya que habría muerto antes y sólo serían culpables la bañera y la profesora por desatención pero post mortem, algo que los culpabilizaría únicamente en el ámbito profesional, pero no en el penal.

Pero médicos, emergentólogos y peritos hicieron naufragar la hipótesis de la defensa. El presidente de Megatlón 2000-All Boys, Fernando Storchi; el ex presidente de All Boys, Horacio Bugallo; el coordinador general de deportes de Megatlon, Julio Giraldi; la profesora de educación física que tenía a su cargo a Florencia, Cecilia Privato, y la guardavidas Giselle Kamenetzky, están acusados de homicidio simple por la querella. El miércoles próximo, pasado el mediodía, se prevé que los jueces realizarán una inspección ocular en el lugar.