SOCIEDAD › MAPUCHES CONTRA LA BEATIFICACION DE CEFERINO

“Ellos lo devolvieron muerto”

La decisión del papa Benedicto XVI de beatificar a Ceferino Namuncurá, el sacerdote mapuche venerado por miles de personas, motivó la objeción de la comunidad aborigen en la Argentina. A través de un comunicado, la Coordinadora de Organizaciones Mapuches rechazó la resolución del Vaticano: “No aceptamos este perverso título para un hermano nuestro que murió a manos de la misma colonización”, remarcó Jorge Nahuel, portavoz del movimiento.

Mientras que para Vicente Tirabasso, superior de los salesianos de la Patagonia norte, Ceferino es sinónimo de la “fe profunda, radical, y de amor a Cristo desde su pueblo”, para la comunidad mapuche su imagen representa “la dominación y la imposición de otro pensamiento, distinto al mapuche”, explicó Nahuel, también titular de la Dirección de Pueblos Originarios de la Secretaria de Ambiente de la Nación.

“Hijo de nuestro Logko (jefe) Namvnkura, nieto de nuestro Toky (jefe militar) Kalfvkura, se lo llevaron vivo a Roma. Como lo devolvieron muerto, para disimular semejante asesinato con pérdida de la identidad incluida, ¡le prometen devolverlo con títulos de semihéroe literario!: que le llamarían beato, que le llamarían santo. Regalos de distracción para el Pueblo Originario”, contestan duramente desde la Coordinadora, integrada por comunidades aborígenes de Neuquén.

Ceferino Namuncurá nació en Chimpay, provincia de Río Negro, en 1886. Su padre, Manuel, era el cacique de la tribu Namuncurá, y su madre, Rosario, era chilena. El joven aborigen fue alumno del colegio salesiano Pío IX y en 1904 fue trasladado por los salesianos a Italia para ser atendido por la tuberculosis que padecía y para completar sus estudios teológicos. “Desterrado de su wajmapu (tierra de origen), lo consumió la tuberculosis, esa enfermedad desconocida para nosotros.” El 11 de mayo de 1905 falleció en Roma. Sus restos volvieron al país en 1924.

La Conferencia Episcopal Argentina tuvo que ver en la decisión del Vaticano, ya que recolectó testimonios para probar los milagros de Ceferino. La falta de explicación científica de la curación de una joven de Córdoba que padecía cáncer y se curó al pedir por su vida a la imagen de Namuncurá llevó a la junta médica de la Santa Sede a aceptar el milagro. En ese informe se basó el Papa para decretar el 6 de julio su beatificación, primer paso para declarar santo al sacerdote aborigen. La medida, primera en su tipo para la Iglesia argentina, se traducirá en una ceremonia que se realizará en Chimpay, el 11 de noviembre próximo.

“El regalo que nos hace el Papa, esta acción autoritaria y colonizadora, afecta la historia y la cosmovisión mapuche, como los valores de la comunidad”, evaluó Nahuel, para luego cuestionar la postura de la Iglesia de Neuquén, que apoya la medida de la Santa Sede. “La solidaridad que siempre mostraron para con la causa mapuche se desnaturalizó con esta decisión”, aseguró.

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