Tres de los detenidos por el secuestro del empresario del transporte Franco Andreola, entre ellos un suboficial de la Policía Federal, fueron liberados por falta de pruebas, mientras que sólo un “bolsero” de teléfonos celulares seguirá detenido por su presunta relación con el caso. El juez federal Ariel Lijo dejó en libertad al cabo Javier Coronel y al remisero Rubén Pizarro, quienes se suman a la esposa del último, Claudia Gómez, liberada días atrás. De esta manera, el único que queda en prisión y a quien se le dictó un embargo por 15 mil pesos es el “relojero” y encargado de “servicios técnicos” para celulares Víctor Sosa. En la resolución, el magistrado entendió que Sosa “proveyó el teléfono y el chip utilizado por los secuestradores”, aunque no le imputó el secuestro por no poder probar por ahora su conocimiento acerca del fin que se le dio. Sosa quedó procesado con prisión preventiva por “utilización de terminales celulares a sabiendas de su procedencia ilegítima agravado por ánimo de lucro”, que prevé hasta seis años de prisión.