Miércoles, 10 de octubre de 2007 | Hoy
El martes 23 arranca en Santiago del Estero el juicio por las muertes de Leyla Bshier y Patricia Villalba. Hay 16 imputados. El principal es Musa Azar. Y también hay un diputado nacional.
Fue el principio del fin del poder juarista en Santiago del Estero. Fue para esa provincia lo que María Soledad Morales a Catamarca. Los crímenes de Leyla Bshier Nazar y Patricia Villalba, ocurridos en febrero de 2003, se convirtieron en una bisagra para el feudalismo local. Ahora, después de cuatro años y medio, de las marchas de silencio, de una intervención federal, de la caída de los Juárez, el caso será ventilado en un juicio oral y público. Arrancará el 23 de octubre y los imputados serán 16. El acusado estrella es el ex temible Musa Azar, un hombre que actuó en la represión ilegal durante la dictadura y bajo las órdenes de Carlos Juárez en democracia. También está imputado un diputado nacional: el justicialista Carlos “Pololo” Anauate, en su caso por “encubrimiento”.
Leyla tenía 22 años y Patricia, 26, cuando aparecieron descuartizadas en la localidad de La Dársena, a unos 12 kilómetros de Santiago. El caso, que conmocionó a la provincia primero y al país después fue conocido como “el doble crimen de La Dársena”. Tras las muertes nacieron las marchas de silencio para reclamar justicia, bajo el modelo de protesta instaurado en la vecina Catamarca de la era saadista. Fueron esas movilizaciones las que horadaron un poder feudal que el matrimonio Juárez construyó durante 50 años en la provincia.
De hecho, la situación política allí se hizo insostenible cuando salieron a la luz los métodos usados por el juarismo para sostener su hegemonía: persecuciones, espionaje, “aprietes” y también –según lo que evidenció el doble homicidio– torturas y muertes. Apenas un año más tarde, en abril de 2004, el gobierno de la esposa del caudillo, Nina Aragonés, sucumbía por la intervención federal dispuesta por el Congreso de la Nación bajo el impulso del presidente Néstor Kirchner.
Ahora será el turno para las responsabilidades penales. La causa tiene siete detenidos y 16 procesados. Los presos son Musa Azar, su hijo Musa Antonio (conocido en la provincia como “Musita”); los policías Héctor Albarracín, Daniel Mattar y Jorge Pablo Gómez; Damián “El Chaqueño” Silvero (el chofer de Musa Antonio) y José Patricio Llugdar, un carnicero de la zona.
El expediente tiene unas 18.000 fojas. Según la hipótesis de la fiscalía que envió la causa a juicio, Leyla falleció tras la ingesta excesiva de estupefacientes en una fiesta de sexo, drogas y alcohol con encumbrados personajes de la política santiagueña. Luego, su cuerpo fue dejado entre animales salvajes de una reserva para hacerlo desaparecer. Siempre en el terreno de los supuestos, Musa Azar se habría enterado de que su hijo Musita había tenido alguna responsabilidad en esa muerte. Y al parecer también supo que Patricia Villalba sabía lo ocurrido. En realidad, una y otra no se conocían. Pero todo indica que Patricia fue asesinada para tapar el primer crimen. El ex jefe de Inteligencia de Carlos Juárez, el comisario Musa Azar, fue imputado por la fiscal Celia Mussi como el autor ideológico de esa muerte. Los ejecutores del homicidio habrían sido policías que le respondían.
Musa, Musita, los policías, Silvero y Llugdar están acusados de “homicidio triplemente agravado calificado por alevosía”. Sobre el resto pesa la acusación de encubrir los crímenes. Entre los acusados por ese delito que llegan al juicio figura el actual diputado nacional Carlos “Pololo” Anauate, un dirigente justicialista que era legislador provincial en 2003 y para quien los jueces Osvaldo Pérez Roberti, Graciela Viaña y Rosa Piazza –los miembros del tribunal a cargo del juicio– pidieron el desafuero a la Cámara de Diputados. Anauate era para entonces un hombre de estrecha confianza del juarismo.
Ana Villalba es la madre de Patricia y una de las principales promotoras de las marchas de silencio. Aun ahora, el 6 de cada mes, encabeza el reclamo de justicia. “Siento un poco de alivio, estoy más tranquila que ya está la fecha para el juicio –contó anoche a Página/12–. Sé que va a ser bastante doloroso recordar todo lo que pasó. Pero estamos preparados. Lo único que quiero es que haya justicia.”
–¿Los 16 acusados son todos los que deberían estar en el juicio o falta alguien?
–Hay más afuera que adentro. Pero esperemos al juicio, a que los testigos hablen para que se sepa la verdad.
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