SOCIEDAD

Ocupaciones y desalojos sin fin

La práctica extendida de la ocupación de viviendas en el barrio de La Boca se consolidó en los años ’90. Con los índices de desempleo por las nubes, la zona se convirtió en un territorio con mucha movilidad, adonde llegaron habitantes desplazados de villas miserias de la Capital Federal o el Gran Buenos Aires y también del interior. Uno de los afectados por la situación fue Juan “Tata” Cedrón, el músico y compositor que tiene una vivienda en la esquina de Rocha y Garibaldi.

Los conflictos que provocan las ocupaciones de casas, con todo, no son el único problema. La desidia oficial cruza a todos los gobiernos desde 1983 hasta hoy. Durante la presidencia de Raúl Alfonsín y las primeras intendencias de Julio César Saguier y Facundo Suárez Lastra en la ciudad, se recibió un dinero de Francia para reciclar conventillos en el barrio. El Plan Recup Boca –así se denominaba– fracasó porque el dinero no se utilizó más que para maquillarle la cara a un puñado de conventillos.

Hoy la política de Estado parece ser la que sintetizó el jefe de Gabinete macrista, Horacio Rodríguez Larreta, en una controvertida frase: “Despacito, en silencio, se van haciendo desalojos”. La ley vetada por el gobierno de Macri que prohibía los desalojos así lo confirma. Las razones de fondo que originan el problema continúan ahí, sin tocar.

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