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María Rosa Gómez, la nena de seis años que murió víctima de la desnutrición, nació en un hogar donde lo único que abundan son los problemas: Pablo, el padre, no tiene trabajo desde hace dos años y la madre tiene sólo 19 años y ya dio a luz a seis hijos.
“Antes era mejor. Yo trabajé desde los 5 años, pelando cañas. Antes laburabas y te alcanzaba, pero ahora las cosas están difíciles. Desde hace dos años que no consigo nada y desde hace uno que gestiono un Plan Trabajar sin resultados”, relató a la agencia Télam Pablo Gómez, de 37 años, en el Hospital de Niños de la capital, donde están internados otros dos hijos suyos: Pablo, de 4 años, con tercer grado de desnutrición y Juan Facundo, que hoy cumple tres meses, con desnutrición de segundo grado.
“Mi hija ya nació con bajo peso y enfermita (padecía una parálisis cerebral)”, dijo Gómez, quien además tiene otros dos hijos, Margarita y Daniel, de 3 y de 2 años, respectivamente.
Después de que el negocio de la caña cayó, Gómez se las arregló trabajando un tiempo de mozo, de lavacopas y de pintor; hasta hace dos meses ayudaba en una gomería en la que le “daban para la comida”. “Tal vez mi timidez también me perjudicó, porque me dicen que vaya a pedir a las autoridades, pero nunca lo hice, aunque estoy inscripto para recibir algún plan”, dijo. Gómez precisó que “sólo recibí una ayuda de 120 pesos en mayo”, pero desde entonces vive de las “changuitas” que hace en el barrio.
La situación de Pablo, que está internado, es reservada. Se lo alimenta a través de sustancias lácteas y complejos vitamínicos. El principal objetivo es que suba, de los 7 kilos que pesa ahora, a los 18 que es lo normal en un chico de 4 años. Es mejor el cuadro de Juan Facundo, de tres meses, ya que padece un grado menos de desnutrición y el problema fue detectado antes.