La remoción de algunas partes inestables del edificio que colapsó el viernes pasado fue retomada ayer, mientras sigue la búsqueda de Isidoro Madueña. “Las posibilidades de que esté vivo son pocas, pero nosotros trabajamos siempre bajo la hipótesis de que está con vida”, aclaró a este diario Néstor Nicolás, subsecretario de Emergencias porteño. Por la mañana, la ministra de Desarrollo Social de la Ciudad, María Eugenia Vidal, visitó el trailer cercano al derrumbe donde se reparten subsidios, en medios de las quejas: entre 300 y 400 pesos por única vez para los solteros y de 800 a 1200 para las familias. “Son para los que no quieren ir a los paradores del gobierno, luego negociaremos otras sumas para los que perdieron sus viviendas”, aseguró una fuente de Desarrollo Social.

Según explicó Nicolás, el perímetro de búsqueda lo deciden los bomberos, quienes ya marcaron la zona a partir del olfato de los perros adiestrados. Madueña, de 74 años, tenía su departamento en el tercer piso del edificio de la calle Mitre 1232. Por el momento, del análisis de los videos de seguridad no surgió ninguna imagen que establezca que salió de su hogar. “Para avanzar en la búsqueda hizo falta retirar mampostería con peligro de caída. El edificio, al ser de hierro y ladrillos, hace que no queden socavones donde pueda haberse refugiado”, dijo Nicolás.

Además de la zona marcada por los perros, también se hizo un estudio planimétrico para ubicar a Madueña. “Por la manera en que cae, de forma lateral y sobre sí mismo, la tarea es difícil, como si se tratara de un terremoto. Trabajamos con delicadeza, cortando las vigas con sopletes y removiendo a mano”, comentó el funcionario porteño. A su alrededor, jóvenes empleados del programa Buenos Aires Presente y de Desarrollo Social controlaban el ingreso a la calle Mitre, permitiendo únicamente la entrada de transeúntes que se dirigían a los hoteles La Piedad, Santa Isabel y Santa Teresita.

La grúa que había sufrido desperfectos mecánicos fue reparada y ayer, a partir de las 17, volvió a golpear el sector medio del edificio, mientras llovía. Los rescatistas pudieron trabajar con intermitencias, ya que por momentos, según relataron fuentes de Defensa Civil, “corrían peligro sus vidas porque la situación era inestable”. Por ahora, el plan es no derribar todo el edificio y conservar todo lo que se pueda.

Ayer los técnicos también evaluaron la situación de un edificio lindero, en la calle Libertad 70, que fue afectado por el derrumbe. “La tarea es apuntalar también este edificio para que no se siga deteriorando”, detalló uno de los operarios.

El Sindicato de Encargados de Edificios anunció ayer que los trabajadores del edificio afectado recibirán subsidios. El primero será el encargado Ramón Palacio, quien recibirá 20 mil pesos.