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“No es la primera vez que Salta pelea” por el acceso a los derechos de la diversidad sexual, señaló Karen Díaz, de la Fundación Igualdad, no sin cierto orgullo. A fines del año pasado, tras meses de reclamos administrativos y gestiones de las organizaciones de la diversidad sexual, una familia trans logró modificar la partida de nacimiento de su hija para que el documento recogiera los mismos datos que los DNI de su madre y su padre. La pareja pedía cambiar los datos no por detalles burocráticos, sino porque las diferencias entre documentos públicos dificultaban el acceso de la niña, de tres años, a la salud y la educación.

Oriana Delfina Lagoria es una mujer trans que formó pareja, y familia, con Alan Benjamín Guerrero, un varón trans. Ambos cambiaron sus documentos con el advenimiento de la Ley de Identidad de Género. En mayo del año pasado, como dio cuenta este diario, se decidieron a hacer público su caso para lograr una solución. Por entonces, aunque sus DNI indicaran sus nuevas identidades y géneros, en la partida de nacimiento de su hija seguían figurando las anteriores.

Esa diferencia entre documentaciones incumplía las normativas del Registro Civil de Salta capital, del Ministerio de Gobierno y de la Fiscalía de Estado provincial. Con el apoyo de la Fundación Igualdad y de la porteña 100% Diversidad y Derechos, la pareja recibió el aval de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia nacional, que intercedió ante las autoridades salteñas para que modificaran la identidad de los padres en la partida de nacimiento de IV, que nació antes de la entrada en vigencia de la Ley de Identidad de Género, aprobada en mayo de 2012 por el Congreso.

La Secretaría de Niñez había señalado que la falta de modificación de los datos de la partida “configuran una violación a su derecho a la identidad” y que eso no se condecía “con la realidad de sus vínculos filiatorios ni con su realidad familiar”, porque la partida mantenía como padres “a dos personas que ni ellas ni el Estado reconocen como tales”.