SOCIEDAD

“Me sentí culpable por no hablar antes”

Por P. L.

“Cuando uno cuenta esto es tal el dolor que causa a la gente que uno quiere que después uno piensa ‘¿para qué, si esto me pasó hace tanto tiempo, para qué causar dolor?’, y te callás, un poco por eso y también por vergüenza”, contó a Página/12 Luis Belgrano, uno de los que recuerdan haber sido víctimas, a los 11 años, de abuso sexual en el colegio San Juan el Precursor.
“Cuando sos chiquito vos te sentís culpable, y cómplice también. Y yo me imaginaba, yo sabía que eso también pasaba con otros chicos. Cuando vos ves chicos ahí donde vos estuviste; cuando, en el campamento, los ves salir de la carpa donde vos estuviste, le ves la cara al chico que sale, entonces vos sabés lo que le pasó. Y, después, siempre la culpa: si yo porque él siguió haciendo lo mismo durante años. Incluso a mi hermano menor.”
“Es que el abusado muchas veces no tiene la capacidad para denunciarlo. Por eso el delito contra menores tiene tanta impunidad en esta sociedad, y en todas. Lo vemos en la película La boda, en India, donde una chica abusada recién puede reconocerlo de grande; lo vemos en La celebración, de Lars Von Trier, donde, en un cumpleaños del padre, un hijo cuenta que había abusado de él; pero el padre también había abusado de otra hija, que no había podido contarlo y se había suicidado. El hijo pudo contarlo, cada persona reacciona de manera diferente.”
“Yo, después, a medida que fui creciendo, siempre tenía en cuenta si el delito había prescripto o no, pero, ¿qué pruebas puedo dar si, a los 25 años digo que me pasó eso cuando tenía 11? ¿Alguien me creerá? Se lo fui contando a algunas personas. Después empecé a ir a un grupo de teatro y lo conté en un ejercicio, por primera vez delante de varias personas.”
“Es difícil –continuó–. Vos vas a terapia y pasa un año y todavía no lo contaste. Todos los días que vas, pensás: ‘Hoy hablo de esto’. Y no hablás. Es muy doloroso el recuerdo, te repercute en lo más íntimo, en las entrañas.”
“Pero cuando pude contárselo a mis amigos, a mi hermano, a mis padres, y esto fue recién hace 15 días, el amor que me dieron fue maravilloso. Uno cree que esto lo tiene que solucionar consigo mismo, que es personal, pero la única manera de sacártelo de la cabeza, de sanarte, es contarlo”, concluyó Belgrano.

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