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“Lo que más nos importa es que todos sepan lo terrible que es estar en lista de espera de trasplante para un hijo, y lo importante que es donar órganos”, destaca Fernando Rocha, padre de la niña que acaba de sufrir una inédita operación de válvula mitral. En efecto, la riesgosa intervención a de Camila fue necesaria por la crónica falta de órganos para trasplante en la Argentina.
Los Rocha son de Paraná, Entre Ríos, donde Fernando trabaja cumpliendo tareas de limpieza y seguridad en un comercio de electrodomésticos. Tienen un nene de 2 años y medio, Ramiro, que quedó en su provincia con los abuelos. “Todos los días hablamos por teléfono y cada vez que podemos lo traemos por dos o tres días”, cuenta la mamá, Sandra. En Buenos Aires, Sandra, Fernando y la recién nacida Alfonsina, melliza de Camila, viven en un hotel. “Nuestra obra social, Osecac, se hace cargo de los gastos.”
Hacia el final del embarazo, cuando se supo que una de las mellizas iba a nacer con problemas, se decidió que el parto fuese en Buenos Aires, adonde llegaron a mediados de marzo. “Fue difícil venir de la provincia sin saber adónde íbamos a caer”, recuerda Fernando.
Después vino la espera del corazón que no llegaba. Y, el lunes, la propuesta de la operación de válvulas: “Nos explicaron de qué se trataba y nos preguntaron si estábamos de acuerdo”.
Fernando insiste en que él no querría hablar mucho, está cansado pero quiere aprovechar para recordar la importancia de la donación de órganos: “Nadie piensa que le va a pasar una cosa así, nosotros no lo pensábamos y, cuando te pasa, no podés creer que te esté sucediendo”.