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Hay un dato que por más que pase el tiempo y por más que las leyes como la de unión civil legalicen derechos para gays y lesbianas no cambia: las mayores víctimas de violencia de cualquier tipo son siempre las travestis. Un 87,5 por ciento de las encuestadas sufrió amenazas o agresiones verbales y un 84,4 por ciento declara haber sido víctima de discriminación de algún tipo. Las travestis son también las más afectadas por las agresiones físicas (56,3), chantaje o coima (59,4), “asaltos por levante” (34,45) y violencia sexual (21,9). Tras ellas, las víctimas más frecuentes de asaltos por levante y de chantajes o coimas son los gays, mientras las lesbianas sufren con más frecuencia episodios de violencia sexual a causa de su orientación. Este último tipo de agresión constituye un modo de jerarquización y discriminación enraizado en los roles de género, por lo cual los hechos de violencia sexual son más frecuentes en relación con la identidad de género femenina/lesbiana o travesti.