“Yo tengo una bicicleta y quiero invitarte a pasear, pero la pedí prestada.” Más allá de la distancia geográfica y temporal, el tema Bike, del fallecido compositor de Pink Floyd, Syd Barrett, podrá aplicarse en la Ciudad de Buenos Aires en algún tiempo. La Legislatura porteña aprobó por unanimidad, en su última sesión, la creación de un Sistema Público de Bicicletas por el que, mediante el pago de un abono, todo ciudadano mayor de edad podrá retirar uno de estos vehículos en las estaciones que se crearán en lugares estratégicos y usarla para transportarse por la ciudad. El sistema se promueve como un medio de transporte más sano para el ambiente y el cuerpo del ciclista. En el proyecto original, el servicio era estatal, pero el bloque del PRO incluyó en el texto la posibilidad de que sea concesionado.

El proyecto del diputado kirchnerista Pablo Failde fue aprobado por unanimidad el viernes a la madrugada y su puesta en marcha estará a cargo de la gestión de Mauricio Macri.

El “bicing”, como se denomina a este sistema, es un servicio que está en funcionamiento en varias ciudades de Europa, tomado del modelo chino, y que consiste en que los usuarios se presenten en estaciones de distribución y estacionamiento y retiren a cambio de un abono mensual una bicicleta para llegar a destino y devolver el vehículo en alguna estación cercana. Los usuarios también podrán alquilar ocasionalmente un vehículo, pagando un arancel. Las estaciones se ubicarían en el micro y macrocentro, zonas comerciales, centros universitarios y cerca de cabeceras de líneas de trenes y subtes.

El texto original contemplaba que la creación de esas estaciones, la compra de las bicicletas y su equipamiento, y las obras viales necesarias estarían a cargo del Estado porteño. Pero la reforma que incluyó el PRO propone además la participación de “entidades privadas, empresas y particulares”, que podrán explotar el servicio a cambio del pago de un canon. Esas concesiones no podrán tener duraciones contractuales mayores a los 5 años.

“Por un lado, el macrismo apoyó el proyecto cuando se presentó y lo votó en tres comisiones, pero por el otro lo postergó 15 días porque querían hacerle esa modificación; yo apuntaba más a que tenga un carácter estatal y las modificaciones tienden a concesionarlo, pero será el Ejecutivo el que decidirá”, indicó a Página/12 el diputado Failde. De cualquier forma, “la norma es beneficiosa para el medio ambiente, para la salud del ciclista y para el tránsito”, evaluó el legislador.

Principalmente, la ley “apunta a lograr una ciudad que promueva una calidad de vida saludable y sostenible y que facilite la movilidad”. A la vez, según el diputado kirchnerista, aparecerá “una nueva cultura urbana” respecto de la relación entre peatones, automovilistas, motociclistas, colectiveros, taxistas y ciclistas.

Además, se trata de un “paraguas de protección a los 100 mil ciclistas que circulan por la ciudad a diario”: la ley obliga al Estado a construir nuevas bicisendas, arreglar las antiguas, señalizarlas y crear un sistema de seguridad y auxilio, enumeró Failde a Página/12.

Consultado sobre los beneficios de este sistema, el legislador apuntó: “Se gana en la lucha contra enfermedades producidas por el sedentarismo; se combate el abuso del vehículo particular, bajando la polución ambiental y sonora; y, al proteger las bicisendas, garantiza la seguridad de todos”. Failde también consideró que, en algunos casos, la bicicleta podrá ser un vehículo “más ágil y rápido” que los colectivos, subtes y taxis. No obstante, no se trata de una competencia para el sistema de transporte público sino “de un servicio complementario que mejora la movilidad en la ciudad”.