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Viernes, 12 de junio de 2015

PERFILES

La sutileza sobrevalorada

Las cineastas Tamae Garateguy y Jimena Monteoliva crearon la productora Crudo Films, que realiza películas sangrientas y brutales, para quebrar el imaginario que afirma que el cine de terror es cosa de hombres. Ambas escriben, dirigen y producen films de género, con un costado extremo y visceral, y no ahorran en sangre, pasión, erotismo y exageración.

 Por Silvina Herrera

Amar y matar una vez, otra vez, hasta que se vuelve pulsión y necesidad irracional. En Mujer Lobo el sexo y la muerte se cruzan en escenas multiplicadas de violencia sin fin. Hay sangre, pasión, locura y exageración, la historia está contada alrededor de una mujer que atraviesa los límites de lo salvaje, como en una selva humana hecha de erotismo y excesos. La protagonista, interpretada por tres actrices que representan distintos estados de ánimo, recorre los subtes de Buenos Aires buscando a su presa, para tener sexo y matar, como una adicción de la que no puede escapar, el pulso vital que necesita para soportar el mundo. La película dirigida por Tamae Garateguy es la muestra perfecta del tipo de cine al que apunta Crudo Films, una productora compuesta por mujeres que se encarga de escribir, dirigir y producir cine de género, en este caso género se refiere a películas de acción, terror o artes marciales, un terreno que suele relacionarse muy poco con el universo femenino. La directora explica: “Los personajes que matan son fríos o calculadores, Nosotras queríamos ir por otro lado, por eso el personaje de Mujer Lobo es más animal, y tiene maneras más salvajes, para contraponerlo a estos personajes hombres muy mentales y calculadores. Se crea un mundo de deducción científica, queríamos otra cosa, en ese sentido es una película visceral”.

Tamae Garateguy y Jimena Monteoliva se cruzaron en un Bafici, empezaron a trabajar juntas y crearon Crudo Films. A las dos les gustaban las mismas cosas y tenían la misma intención de hacer películas poco convencionales para el cine local: un poco de Tarantino, una estética cuidada, un guión extremo y nada de miedo de mostrar imágenes agresivas y sangrientas. “Yo miraba sábados de súper acción, me gustaban esas películas. Después de filmar Pompeya, me di cuenta de que a mucha gente le parece raro que una mujer haga cine de acción o algo relacionado con la violencia. Nos gusta el cine de género más autoral, que es el perfil que queremos darles a nuestras películas. Suspiria, de Darío Argento, tiene una impronta fuertísima, ves una película y sabés que es de él. Es el perfil que nos interesa para nuestra productora y nuestros proyectos. Queremos darle una mirada muy personal a un género que tiene las reglas muy definidas”, asegura Garateguy.

Las dos se miran cuando hablan como buscando la aprobación de la otra. Tienen un discurso común, pero también una personalidad propia. Al principio, Tamae dirigía y Jimena producía, pero con el tiempo las tareas empezaron a mezclarse y ahora hacen todo entre las dos. Jimena sostiene: “Estamos codirigiendo y aprendiendo cómo es el trabajo creativo en conjunto. Aportamos cosas cada una. Los criterios son parecidos” y Tamae acota: “Para funcionar tenés que confiar en el otro. A ella se le ocurren cosas que a mí no se me ocurrirían. Trabajar con otro es mucho ida y vuelta, mucha convivencia. Las dos somos madres, nos entendemos por ahí. No sé cómo hacemos”.

Aparte del reestreno de Mujer Lobo, Crudo Films está trabajando en la película Toda la noche; en un policial, con mezcla de thriller y ciencia ficción llamado Kryptonita, dirigido por Nicanor Loreti y producido por ellas, y hacia fin de año comenzarán con Versus, codirigida por Nicanor y Tamae, producida por la productora, sobre peleas de chicas de UFC (Ultimate Fighting Championship, la mayor empresa de artes marciales mixtas en el mundo). Además, junto con otras mujeres dedicadas al cine de género, fueron convocadas a crear un spot de un minuto cada una para una campaña de donación de sangre. Tamae y Jimena no paran. Sus películas van al extremo, ambas encaran el cine sin temor a exponer la exuberancia de lo grotesco, enfrentan esa idea instalada en un sector de la crítica que postula que la sutileza es una característica fundamental para alcanzar un cine de calidad. “Hacemos películas más directas. Acá está muy valorada la sutileza y yo creo que la sutileza está sobrevalorada, por eso sorprende lo explícito. La crítica valora lo sutil. Yo no soy sutil. Vivimos en un país donde no somos sutiles, todo lo contrario. Es difícil expresar lo bizarro de nuestro país y nuestras vidas. Hay una búsqueda ahí que es riesgosa porque puede quedar exagerada”, sostiene Tamae, que agrega que además se espera más sutileza de una mujer: “Hay sorpresa cuando una mujer se corre de una mirada intimista y delicada. Nosotras hacemos cine más explícito, sangriento o brutal. Hay mucho misterio en cuanto a la mujer haciendo cine de género. Hay cierto discurso universalizado que es del hombre. Tenemos una tradición de cien años de cine, netamente masculina, es una cuestión de porcentaje. No es algo feminista, es la realidad. Al afuera le parece raro que mujeres hagan cine de género, porque hay mayoría de hombres”.

Además de escribir los guiones, dirigir y producir, las mujeres al frente de Crudo Films tienen que salir a distribuir sus películas, un terreno que muchas veces se vuelve hostil o complicado. “Es difícil conseguir ayuda en cualquier película, si tu elenco no vende es muy arduo. Hoy vende el elenco, no el director. La única ayuda que tenemos es del Incaa. Toda la noche la hicimos solas, pero es para un circuito alternativo. No vamos a poder estrenarla comercialmente. Se va a pasar en festivales. Es frustrante estrenarla comercialmente, seguir todos los pasos, estrenarla una semana y que te la bajen. Espero que esto cambie. Hay que ayudar a la distribución, a la difusión, eso falta. El Incaa te ayuda para hacer una película pero no para distribuirla. Todos los que hacemos cine estamos discutiendo eso: cómo mejorar el tema de la distribución”, comenta Jimena Monteoliva.

En un universo como el cinematográfico, donde muchas veces la industria considera que el cine comercial va separado del cine de autor más profesional, Crudo Films apuesta a poder mezclar las dos cosas: llegar a más público sin perder la calidad y manteniendo guiones cuidados. Tamae asegura: “Con la productora queremos hacer grandes películas de género, populares pero prestigiosas”.

Mujer Lobo se reestrenó en el Cine Gaumont, avenida Rivadavia 1635.

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