Sábado, 15 de agosto de 2009 | Hoy
17:13 › FúTBOL
Un penal sobre la hora que el árbitro Fernando Broin señaló a favor de River Plate desató la furia y los golpes entre los juveniles de la novena división de ambos equipos. Hubo piñas, patadas y rostros ensangrentados en el predio que la entidad millonaria posee en Ezeiza donde se disputan los partidos de las categorías juveniles.
Una mañana de furia se vivió en el predio que River posee en Ezeiza, durante un superlcásico de novena división que terminó con una gresca generalizada entre los jugadores de ambos equipos, entre los que se encontraba el hijo del entrenador de San Lorenzo, Diego ‘Cholo’ Simeone.
La violencia comenzó cuando el árbitro del partido, Fernando Broin, sancionó un penal a favor de los ‘millonarios’ en tiempo de descuento. En ese momento, comenzaron las discusiones, los empujones y, posteriormente, los golpes y las patadas entre los juveniles de ambos clubes.
La peor parte de los incidentes se la llevaron los ‘xeneizes’ Ricardo Cabrera y Carlos Aguirre, quienes se retiraron del campo con sus rostros ensangrentados.
Curiosa medida adoptó el árbitro Broin, quien mandó a retirar a todos los jugadores hacia los vestuarios, pero dejó en el campo al arquero de Boca y a un jugador de River para que ejecutara el penal de la polémica, que selló el resultado final de 2-2, luego de que Boca fuera ganando por 2-0.
Del encuentro participó Giovanni Simeone, hijo del entrenador de San Lorenzo, quien ingresó cuando su equipo perdía por 2-0. Su madre, la ex modelo Carolina Baldini, siguió la actuación de su hijo desde las tribunas.
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