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Los tres minutos de silencio estuvieron marcados por el ulular de sirenas y se detuvo el tráfico. Las banderas ondeaban hoy a media asta.

La víspera, a través de un programa en la televisión pública se logró recaudar más de 2.100 millones de yuanes (239 millones de euros ó 321 millones de dólares) para las víctimas del sismo, informó hoy la agencia oficial de noticias Xinhua.

El dinero será destinado a través del Ministerio de Administraciones Públicas y la Cruz Roja china a la zona del terremoto. Hasta ahora han llegado allí 34.000 tiendas de campaña, 77.000 mantas y 55.000 abrigos acolchados para los indigentes.

Mientras tanto, unas 175 personas continuaban desaparecidas, por lo que proseguían las tareas de búsqueda entre los escombros. Las nevadas y fuertes precipitaciones están dificultando adicionalmente las tareas de rescate, así como la supervivencia de los damnificados. Se espera que en los próximos días un frente frío traiga temperaturas más bajas y nieve.

El tráfico de camiones con bienes destinados a aliviar a los afectados por el sismo en el sur de Qinghai, junto a la frontera con la región autónoma del Tíbet fue interrumpido. También fueron restringidos los vuelos con ayudas.

El jefe de Estado y del Partido Comunista, Hu Jintao, y los otros ocho miembros del Politburó también rindieron tributo a las víctimas del terremoto durante un pleno en Pekín. En la ciudad de Yiegu -sede de la destruida prefectura tibetana de Yushu- se celebró una ceremonia fúnebre con unas 1.000 personas.

Incluso los miembros de los equipos de rescate se unieron a los tres minutos de silencio. Miles de personas se reunieron además en una plaza en el centro de la capital provincial Xining, situada a 800 kilómetros de la zona del desastre, para conmemorar a las víctimas.

El terremoto de 7,1 grados dejó además 12.100 heridos, de los cuales 1.434 se encuentran graves. Decenas de miles de personas quedaron sin hogar.