La petrolera prometió ante Obama el aporte de 20.000 millones de dólares a un fondo de compensación, y otros 100 millones para un fondo de indemnización a la población que quedó desempleada tras la explosión de una de sus bases petroleras, producida hace más de un mes, y el posterior derrame de crudo, que responsables de la empresa aún no lograron interrumpir.

El encuentro en la residencia oficial estadounidense reunió, durante más de cuatro horas, a Obama, al vicepresidente Joe Biden, al fiscal general de EE.UU., Eric Holder, al comandante de la Guardia Costera Thad Allen y al asesor económico Larry Summers, entre otros, y la plana mayor de British Petroleum, que pidió "perdón" por los daños ocasionados.

"BP sigue siendo responsable por el desastre medioambiental que ha causado y nos aseguraremos que enfrentará sus consecuencias", advirtió Obama. Y confirmó que el fondo de compensación no estará controlado ni por BP ni por el Gobierno", sino por un gestor independiente, el abogado Ken Feinberg, quien se encargó de gestionar el fondo que se creó para compensar a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre.