Luego de que Cristina señalara entre el público la presencia de la viuda de Héctor Oesterheld, el autor de El Eternauta, desaparecido durante la dictadura militar, Elsa se acercó al estrado, tomó la palabra y afirmó que "después del dolor inmenso sufrido por un país como el nuestro, hoy estamos renaciendo y yo que creí estar muerta, hoy vuelvo a tener esperanzas".

Más adelante, la Presidenta destacó la importancia de la industria editorial en la Argentina y reveló que "en siete años hemos entregado 30 millones de libros a través del Ministerio de Educación y vamos a llegar a los 35 millones el año próximo". Recordó el impulso dado a la educación desde 2003 y señaló que "en 2002 la Argentina destinaba el 5 por ciento del PBI al pago de su deuda externa y solo el 2 por ciento a educación: hoy destinamos un 2 por ciento al pago de la deuda y un 6,47 a la educación".

Tras señalar que "aquí la única maquillada es la Presidenta", subrayó que "Argentina no se maquilla ni se maquillará: ahí está su rica historia, con encuentros y desencuentros, expresada por sus autores, sus escritores y sus pintores". Recordó a Julio Cortázar y a Jorge Luis Borges. Mencionó a Rodolfo Walsh, y señaló que Cortázar tenía razón al afirmar que los argentinos recuperamos nuestro verdadero lugar en el mundo, América del sur, América latina, "durante la Guerra de las Malvinas".

Al referirse a la muestra organizada por el país, Cristina advirtió que lo que se verá "es una Argentina vibrante, una Argentina en movimiento, que nunca se resignó, ni siquiera en los peores momentos". "Siempre hubo, primero en sectores pequeños y luego más grandes, una resistencia muy fuerte para construir esa Argentina que imaginaron Mariano Moreno, Juan José Castelli, Bernardo de Monteagudo y Manuel Belgrano, todos formados en Europa", recordó.

Por último Cristina dijo que "como militante política nunca renuncié ni renunciaré a mejorar las cosas para cambiar la condición humana y terminar con guerras y conflictos étnicos".