Lunes, 19 de marzo de 2012 | Hoy
20:47 › LINCOLN
El fiscal Javier Alberto Ochoaizpuro, a cargo de la instrucción en la investigación por el crimen de Tomás Dameno Santillán, de 9 años, cometido en noviembre de 2011, y por el que está acusado su padrastro, Adalberto Cuello, requirió al juez de Garantías José Lucchini que inicie el juicio por "homicidio agravado por ensañamiento y alevosía" contra el único imputado de la causa, quien aún continúa preso y con prisión preventiva. El fiscal consideró que ya fueron evacuadas todas las medidas de prueba necesarias.
Tomás desapareció el mediodía del 15 de noviembre pasado, alrededor de las 12.15, cuando salió de la escuela rumbo a su casa. Al no tener noticias suyas, su madre, Leonor Santillán, radicó una denuncia y, tras dos días de búsqueda, el cuerpo golpeado de Tomás fue hallado en el predio rural "La Vieja", en las afueras de la ciudad.
Desde el inicio, la pesquisa estuvo orientada a Cuello como principal sospechoso, ya que abundaban los testigos que indicaban que no tenía una buena relación con el niño, al que responsabilizaba por la ruptura de la relación con su madre, de quien se había separado recientemente.
En la orden judicial en la que se dictó la prisión preventiva, el juez Lucchini coincidió con el fiscal Ochaizpuro en que Cuello se aprovechó de "resultar conocido de la víctima, por ser hijo de su ex concubina" y lo mató "valiéndose de la pequeña contextura física del menor que impedía la posibilidad de defenderse".
Según el informe de autopsia, Tomás recibió golpes contundentes en las zonas craneal, abdominal, lumbar y en extremidades, que le provocaron fracturas y luego su muerte.
El magistrado dio por acreditado que los golpes fueron realizados con una pala de punta que el detenido -que era albañil- usaba para trabajar y que fue encontrada cerca de la escena del crimen, junto a la mochila y el guardapolvo del niño y reconocida por sus compañeros de trabajo.
Al referirse al agravante del ensañamiento, el juez consideró que "la conducta del imputado estuvo diseccionada a aumentar de manera deliberada e inhumana el dolor del menor" y que "no se contentaba con su propósito de matar", sino que tuvo un "despiadado accionar". "La acción estuvo dirigida a matar, haciendo sufrir a la víctima padecimientos y sufrimientos físicos y psíquicos innecesarios", remarcó el juez.
Sobre la alevosía, el juez tuvo en cuenta que "el imputado se ha conducido con astucia, aprovechando el estado de indefensión de la víctima", un niño que le tenía mucho temor.
Al respecto, un primo de Tomás, que solía regresar con él a la casa tras salir de la escuela, contó ante la Justicia que Cuello había comenzado a seguirlos 15 días antes y que "esa situación les provocaba mucho miedo". El primo aseguró que Cuello solía golpear a Tomás y recordó que cuando ambos "veían la camioneta blanca (del acusado) les agarraba dolor de panza, ganas de hacer pis".
Con el avance de la pesquisa, se incorporaron al expediente los peritajes, entre ellos uno que arrojó como resultado que el perfil genético de Tomás fue encontrado en el auto Fiat Palio Weekend que el día del crimen manejaba Cuello.
Esa evidencia, fue obtenida de la manija de la puerta del acompañante del vehículo, al tiempo que el ADN de Cuello fue hallado "en el volante del rodado". Ahora, el juez de Garantías Lucchini notificará a las partes el pedido de elevación a juicio del caso, tras lo cual resolverá el planteo.
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