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Entre los 60 especialistas que expusieron ante la Comisión de Asuntos Constitucionales, la presidenta de de la Fundación del Estado para Investigaciones de la Mujer (FEIM), Mabel Bianco, respaldó la ampliación del voto, pero consideró que debe darse "dentro de una política integral", ya que apuntó que "la desigualdad es lo que nos lleva a exclusión" e impide "participar con plenitud y esto afecta fundamentalmente a mujeres, niños, niñas y adolescentes". En la otra vereda, al comienzo de la audiencia, Leandro Vergara, de la UBA, consideró que la ampliación del voto a jóvenes de 16 y 17 años en forma optativa va en contra del sistema jurídico vigente.

Por su parte, Norberto Liwsky, del Observatorio Social Legislativo de la provincia de Buenos Aires, consideró que la iniciativa "representa, indudablemente, una ampliación de derechos" y resaltó que el Estado y los organismos públicos tienen la responsabilidad de "acompañar a los sectores juveniles para introducirse en la vida ciudadana".

En tanto, Gabriel Brener, de la UBA, aseguró que el sufragio para los jóvenes de 16 y 17 años "es un voto de verdadera confianza, de tomar un riesgo por alguien desconocido, en este caso los jóvenes".

Por otra parte, el dirigente del Partido Obrero Gabriel Solano destacó que "prácticamente toda la izquierda argentina ha planteado siempre que el voto se establezca a partir de los 16 años" porque afirmó que "las condiciones sociales en las cuales la juventud desarrolla su vida no hace más para nosotros que reafirmar la necesidad de que puedan votar" para cambiar su realidad social, educativa y económica.

Agustina Martín, secretaria general de la juventud del GEN de la provincia de Buenos Aires, se expresó a favor del proyecto, pero solicitó que sea "universal y obligatorio" por la "firme convicción de creer en la fortaleza de la democracia" y del voto "como herramienta de participación".

Por su parte, Miguel Espeche, del departamento de Salud Mental del Hospital Pirovano, no se mostró de acuerdo con adelantar la edad del voto porque puntualizó que los 16 años es una edad en la que "hay que ayudarlos (a los jóvenes) a incubar su potencia hasta tanto acceden a la madurez correspondiente", por lo que desaconsejó "adelantar los tiempos".

El profesional reconoció que "si bien la ausencia de este tipo de mirada llena los consultorios de psicólogos" igual "se insiste con la idea se seducir a los chicos con libertades que terminan esclavizándolos" y aclaró que su punto de vista "no es limitativo en sentido amputatorio", sino que es simplemente "marcar la cancha".